Cuatro años del secuestro de la hermana Gloria: «No hemos perdido la esperanza» - Alfa y Omega

Cuatro años del secuestro de la hermana Gloria: «No hemos perdido la esperanza»

Gloria Cecilia fue secuestrada el 7 de febrero de 2017 en Malí. Parece ser que los terroristas la mantienen viva «haciendo servicios de enfermería», explica una de sus hermanas de congregación

José Calderero de Aldecoa

La hermana Gloria Estela Moncada no solo comparte nombre con la hermana Gloria Cecilia Narváez, secuestrada en Malí hace cuatro años, sino que también «pertenecíamos a la misma comunidad, aquí en Colombia, antes de que se marchara a África», explica la religiosa a este periódico.

En aquellos momentos previos, la palabra «terrorista» no estaba presente en su vocabulario. Al contrario. «No veíamos ningún peligro. Yo conocía la misión y lo que destaca de ella es la acogida de los habitantes de la aldea, la aceptación de la misión. Es un lugar muy bonito», recuerda Gloria Estela.

Con esta idea, Gloria Cecilia se fue a Malí y, posteriormente, fue secuestrada. «Se dedicaba a atender a los niños de la primera infancia, a su cuidado, y el 7 de febrero de 2017 se la llevaron», rememora su hermana.

Del rapto se ha cumplido recientemente 4 años. Y aunque «no tenemos noticias de última hora», sus hermanas Franciscanas de María Inmaculada creen que se encuentra viva. «Hace un año los terroristas liberaron a algunos misioneros secuestrados y, entre ellos, a una cooperante francesa que la conocía. Ella nos dijo que no estaba muerta; pero no hemos vuelto a saber nada y tampoco nos han mandado una prueba de vida».

Sophie Petronin también contó en su liberación que los terroristas tienen a Gloria Cecilia «haciendo servicios de enfermería», una disciplina para la que no está preparada más allá de sus «conocimientos generales y del puro servicio», asegura su hermana Gloria Estela.

Por todo ello, «renació nuestra esperanza y todavía la mantenemos. También tenemos mucha confianza en Dios y mucha fe». Por ejemplo, «los nueve días previos al 7 de febrero hicimos una novena de oración. Todas nuestras presencias se volcaron pidiéndole al Señor por la liberación de nuestra hermana. Aquí, incluso, nos pasamos toda una noche en oración», concluye la religiosa Franciscana de María Inmaculada.