Llevamos muchos días pegados a una realidad virtual que nos ha mantenido en contacto con muchas experiencias eclesiales. Yo acabo de hacer mi Camino de Santiago con la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, un ejemplo de comunión espiritual a través de internet. El título de este artículo es una frase que encontramos en algunos albergues, porque el amor no nos deja indiferentes. No hay nada que toque más el corazón que un gesto de amor gratuito.
En este verano tan especial muchos van a tener la oportunidad de regresar a la tranquilidad de los pueblos y van a retomar el contacto directo con las tradiciones y con una fe sencilla pero auténtica… La fe de un pueblo brota de sus raíces y llega con todo su esplendor en los momentos de mayor alegría con las fiestas patronales, este año muy distintas, que se van a ir celebrando a lo largo de estos meses.
Podremos también volver a sentir el calor de nuestra familia y amigos de la infancia. En muchas casas el olor de la caldereta nos reunirá en torno a la mesa y una conversación pausada nos traerá el recuerdo de lo vivido. Aprovechemos estos días de descanso para unir a las familias. Bueno será reconocer el trabajo denodado de muchas generaciones que han ido poco a poco haciendo una sociedad más justa, especialmente el de nuestras madres o abuelas, que trabajaban mucho dentro y fuera de casa: segar, vendimiar, coger aceituna… No había tarea a la que no se enfrentaran ni obstáculo que no pudieran vencer. Como santa Mónica, siguen cada día rezando por sus hijos y sembrando la fe en sus nietos.
Y los más jóvenes podrán comprobar una auténtica lección de vida. Las alforjas de la vida se llenan con muchas cosas, pero nada como los valores que nos inculcaron. Las raíces del presente se hunden en los esfuerzos y trabajos del pasado, en la sencillez del labrador que es cercano y solidario con su prójimo, en la cultura del amor al esfuerzo.
En este intercambio de vidas tendremos todos la oportunidad de dar regalado lo que hemos recibido, y tomar gratis los que los demás nos ofrecen.