De la encuadernación a vender artesanía post-COVID-19: el trabajo de las religiosas se reinventa - Alfa y Omega

De la encuadernación a vender artesanía post-COVID-19: el trabajo de las religiosas se reinventa

Las hermanas pobres del convento de Santa Verónica han tenido que cambiar en dos ocasiones el trabajo que realizaban para su sostenimiento económico. De la encuadernación pasaron a la venta online y de esta a la artesanía post-COVID-19: señalética, bolsitas para mascarillas, pulseras, camisetas, mascarillas… Este lunes se presenta la actualización de su página web

José Calderero de Aldecoa

Las hermanas pobres del convento de Santa Verónica, situado en Algezares (Murcia), son un ejemplo para todos aquellos que han visto cómo se terminaba el trabajo que les daba de comer y para quienes se han tenido que reinventar para sobrevivir. Ellas lo han tenido que hacer en dos ocasiones.

Durante décadas, las hermanas pobres «hemos vivido de la encuadernación. Teníamos incluso a diversos organismos oficiales entre nuestros clientes», pero «la digitalización se llevó por delante este trabajo y nos hemos tenido que reinventar», asegura sor María Ángeles.

Entonces, apostaron por montar una página web en la que vendían velas de adviento, cirios pascuales… pero las ventas cayeron en picado por el coronavirus y el Estado de alarma. Tocaba empezar de nuevo y así lo hicieron con un extraordinario espíritu emprendedor.

El nuevo proyecto consistía en una tienda online donde las monjas venden productos totalmente en sintonía con la realidad post-COVID-19 (https://escuestiondemirada.com/). La web lleva abierta algún tiempo pero precisamente «este lunes se presenta la versión definitiva, que está totalmente actualizada y es mucho más funcional», explica sor Leo.

Artesanía post-COVID-19

«Con el aforo limitado en los templos y con la obligatoriedad de mantener la distancia de seguridad, hemos creado un signo, al que hemos llamado Kairos, para que los sacerdotes puedan señalar el lugar del banco donde se pueden sentar los fieles. Es una cruz de madera, que además se puede personalizar», subraya sor María Ángeles.

También «hacemos carteles, para recordar el lavado de manos», que se puede poner junto al bote de gel hidroalcohólico de las parroquias; «bolsitas en las que guardar la mascarilla o una colección de pulseras con distintas reflexiones, porque nuestro fin no es lucrativo sino evangelizar».

Mascarillas personalizadas

Entre las últimas novedades, están las mascarillas. Las hay para los adultos, para los niños –pensando sobre todo en la vuelta al cole– e incluso mascarillas personalizadas en las que puede figurar el nombre de su propietario.

«La idea de las mascarillas nació como respuesta a las necesidades que van surgiendo en la sociedad», indica la hermana Leo. «Hacíamos estuches para mascarillas, que se vendían muy bien, y la gente nos preguntaba mucho si también hacíamos mascarillas. Al final, nos hemos puesto a ello».

Las mascarillas comercializadas por las hermanas cuentan con 3 capas: «la primera es de algodón, o de poliéster si es personalizada, y la segunda y la tercera son de TNT, que ofrece una protección al 90 % y admite 60 lavados».

Es cuestión de mirada

La tienda online de las religiosas opera con un nombre que es a la vez un mensaje o un medio para la evangelización: Es cuestión de mirada. «Santa Clara siempre pedía que no perdiéramos de vista a Jesucristo, que lo miráramos, que todo era cuestión de cómo miráramos la vida. La vida puedes verla con los ojos de Dios o desde tu propio ombligo, por eso es cuestión de mirada», concluye sor Leo.