De cuando Palencia llegaba a Cantabria, Valladolid y Zamora - Alfa y Omega

De cuando Palencia llegaba a Cantabria, Valladolid y Zamora

Tras su refundación en 1035, la diócesis castellana se fue ampliando con nuevos territorios gracias a los privilegios reales que custodia su catedral

María Martínez López
Antolín en el archivo. En el pasado fue delegado de Enseñanza y ahora se empeña también como deán de la catedral.
Antolín en el archivo. En el pasado fue delegado de Enseñanza y ahora se empeña también como deán de la catedral. Foto cedida por Dionisio Antolín.

Cuenta la historia que «el rey Sancho III de Navarra encontró la antigua cripta visigótica de la catedral de Palencia» mientras cazaba, «persiguiendo a un jabalí herido que se refugió en ella», narra Dionisio Antolín, responsable tanto del Archivo Histórico Diocesano como del de la catedral palentina. Construida en el siglo VII, dicha cripta demostraba «que aquí había habido una diócesis», que quedó desierta tras la invasión musulmana. El templo, de hecho, estaba cubierto de «malas hierbas y arbustos». El monarca tomó lo ocurrido como una señal para recuperar la cripta, así como la diócesis de la que había sido sede.

En 1035, mediante un privilegio, él y su mujer, doña Mayor, concedieron al entonces obispo de Oviedo, Poncio, a su sobrino Bernardo y a sus sucesores en el episcopado la ciudad y el obispado de Palencia. Así, Bernardo se convirtió en pastor de la diócesis. Además, se amplió la cripta «al estilo prerrománico o románico astur» por influencia de Poncio; «muy bonito». Encima, se construyó un pequeño edificio para el obispo. A efectos prácticos, fue la refundación de la diócesis.

Documento del año 1035 por el que Sancho III refunda en la práctica la diócesis.
Documento del año 1035 por el que Sancho III refunda en la práctica la diócesis. Foto: Archivo de la Catedral de Palencia.

El Archivo de la Catedral custodia tanto el privilegio de 1035 como un documento de 1070 que relata estos hechos. A ellos se suman «cientos de privilegios rodados» por los que los sucesivos reyes concedían territorios o privilegios a los prelados palentinos. Se trata de «documentos oficiales medievales de la máxima solemnidad, emitidos por la cancillería real. El nombre de rodado viene porque tienen dibujada una rueda con la cruz en torno a la cual están el nombre del rey que lo concede y el del secretario de la cancillería o el escribano». Además, están certificados con el sello del monarca.

Estos textos documentan derechos sobre tierras o exenciones de pagos, entre otras concesiones. Por ejemplo, en 1239 Fernando III de Castilla entregó a la diócesis de Palencia Urueña (Valladolid) y sus aldeas cercanas. Se concedían «generalmente en agradecimiento a servicios prestados a la Corona». Aunque en otras ocasiones se hacía a modo de penitencia tras cometer algún pecado o eran simples intercambios. Gracias a muchos de estos privilegios, se fueron ampliando los límites de la diócesis hasta ser «enorme». «Llegó a incluir desde la zona de Picos de Europa (Cantabria) por el norte hasta Medina del Campo (Valladolid) por el sur, y desde Peñafiel (Valladolid) en el este hasta Toro (Zamora) por el oeste. No existía la diócesis de Valladolid», aclara Antolín.

Privilegio rodado de Fernando III en 1239, por el que asigna Urueña a Palencia. Al lado, su sello.
Privilegio rodado de Fernando III en 1239, por el que asigna Urueña a Palencia. Al lado, su sello. Fotos: Archivo de la Catedral de Palencia.

El archivero atribuye a este peso territorial que Alfonso VIII de Castilla eligiera Palencia para fundar en 1212 el Estudio General, germen de la primera universidad de España. Por ello, la ciudad acogió en septiembre el congreso anual de la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España, precisamente sobre Universidad y archivos de la Iglesia. No se conservan muchos escritos al respecto, admite Antolín. Sí está documentado que «venían profesores de toda Europa». Sin embargo, «se ve que fue requiriendo una dotación económica que la ciudad no podía aportar» y terminó desapareciendo a favor de la Universidad de Salamanca.

Por otro lado, Palencia empezó a perder territorio cuando se creó la diócesis de Valladolid, en 1595. Finalmente, en 1956, «se hizo el esfuerzo de unificar los territorios de las diócesis y de las provincias» y Palencia adquirió la delimitación actual, intercambiando parroquias con Burgos, León y Valladolid.

Todos los bautizos, en internet

En enero de 2024, el Archivo Histórico Diocesano inauguró un nuevo edificio más accesible y con equipamiento y medidas de seguridad modernos. Más recientemente, también se está trasladando al mismo local el Archivo de la Catedral. Antolín cuenta con un equipo de 97 voluntarios —muchos de fuera de la ciudad— que están digitalizando toda la documentación y también indexándola; es decir, creando fichas que se pueden consultar en internet por ejemplo de todos y cada uno de los bautizos o matrimonios inscritos en sus libros sacramentales. «Cada día introducimos una media de entre 1.400 y 1.800 registros», asegura el director.