Dario Viganò: «El patrimonio audiovisual católico está a menudo abandonado» - Alfa y Omega

Dario Viganò: «El patrimonio audiovisual católico está a menudo abandonado»

La Fundación Memoria Audiovisual del Catolicismo (MAC), inaugurada en marzo, responderá a la urgencia cultural de la pérdida de este patrimonio. Hablamos con su presidente

Victoria Isabel Cardiel C.
El brasileño fue prefecto del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede. Foto cedida por Dario Viganò.

¿Cómo nace la Fundación MAC?
Surge en un terreno fértil que el Centro de Investigación CAST (Catolicismo y Estudios Audiovisuales) de la Universidad Telemática Digital UniNettuno comenzó a labrar hace dos años. En junio de 2022 se organizó una conferencia internacional que contó con más de 40 ponentes de Italia y del resto del mundo. El objetivo era lograr una panorámica sobre el estado de conversación de las fuentes audiovisuales de la historia del catolicismo y las prácticas de investigación sobre estas fuentes. Vimos clara la urgencia de proteger el patrimonio audiovisual específico vinculado al catolicismo. Gran parte está disperso en muchos archivos, más o menos ordenados, y, muy a menudo, completamente abandonados a su suerte.

¿Cuáles son sus objetivos?
Queremos llevar a cabo un trabajo serio sobre el patrimonio histórico audiovisual del catolicismo. Esto comprende acciones concretas para salvarlo y protegerlo, así como campañas de sensibilización para su tutela; también exige un trabajo específico de estudio. Hay que poner en marcha investigaciones concretas que lleguen a crear conexiones y redes entre universidades e instituciones archivísticas. Además, hay que levantar foros de debate y encuentro que ayuden a consolidar la corriente de estudios sobre estos temas desde una perspectiva interdisciplinar.

¿Cómo se realizará concretamente este archivo?
El Papa tiene las ideas muy claras. Las expresó con decisión en 2021, cuando se presentó la propuesta de crear una Mediateca Apostólica Vaticana junto al Archivo y la Biblioteca. Es muy llamativo que la tutela documental de la Santa Sede no haya iniciado hasta ahora un proceso de custodia, estudio y restauración de las fuentes audiovisuales del catolicismo. Quizá alguien sin sensibilidad archivístico-histórica y sin ser experto en humanidades digitales podría confundir tan valioso trabajo con un simple trasvase de lo analógico a lo digital. Pero no es esto. Francisco quiere que funcione como un archivo central para la conservación permanente y ordenada de los fondos históricos audiovisuales de los organismos de la Santa Sede y de la Iglesia universal, según criterios estrictamente científicos.

¿Cómo se promoverá, en concreto, la investigación?
Tenemos una responsabilidad para conservar la memoria del catolicismo. Para ello crearemos un portal, un espacio en internet que sirva de referencia para los estudiosos tanto en el lado de la investigación como en el de la docencia, facilitando la construcción de una red de conexión e intercambio entre universidades e institutos de conservación. Construiremos un espacio digital, en colaboración con filmotecas y archivos, que funcione como una biblioteca digital para acceder a las fuentes desde cualquier parte del mundo.  Queremos concebir el portal como una herramienta para que los usuarios conozcan dónde se encuentra físicamente el patrimonio histórico audiovisual. Para ello, estamos creando un mapa de archivos y fuentes audiovisuales, pero también de colecciones fotográficas, materiales bibliográficos, fuentes impresas…

¿Puede decirme de qué tipo de fuentes audiovisuales estamos hablando?
El portal pondrá a disposición tanto documentales en vídeo como material fotográfico, así como documentos de archivo. Por ejemplo, el Año Santo de 1900 con el que León XIII abrió el nuevo siglo o el papado de Pío XI, el primer soberano de la Ciudad del Vaticano tras su proclamación como Estado independiente en 1929, fueron acontecimientos en los que irrumpió una nueva cultura visual. Tanto el Jubileo Extraordinario de 1933 como el Año Santo de 1950 marcaron un punto de inflexión en la relación entre la Iglesia y el cine. Desgraciadamente, se han perdido materiales muy valiosos debido al descuido, como el documental León XIII en el Vaticano, que fue grabado por el estadounidense Lee Dougherty con motivo del Año Santo de 1900; no hay rastro de la grabación Jubilaeum sobre el Jubileo Extraordinario de 1933, que fue la primera película expresamente solicitada por un Pontífice y organizada por la Santa Sede; tampoco encontramos la producción de Orbis Film (Bula para el Año Santo, Los años de paz y perdón, Caminos del Año Santo); o los documentales de Vincenzo Lucci-Chiarissi para la exposición de arte misionero del Año Santo de 1950 (A su imagen y semejanza, Cristo entre los primitivos, Cristo en China, Imágenes y símbolos).

¿Han pensado en contratar personal para este trabajo?
Por el momento, todas las personas involucradas están participando gratuitamente. Además, dos investigadores universitarios están en este momento elaborando un mapa del patrimonio existente.

Francisco y su afición al cine

El libro La mirada: puerta del corazón del vicecanciller de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales, Dario Viganò, es un diálogo con el Papa sobre el cine y, en concreto, el neorrealismo italiano. El séptimo arte enriquece el magisterio de Francisco. De hecho, es habitual que haga referencia a alguna película en homilías y discursos. «Los filmes neorrealistas no son documentales que presentan una simple grabación ocular de la realidad; presentan la realidad, sí, pero con toda su crudeza, a través de una mirada que compromete, que conmueve las entrañas, que suscita compasión», dice el Papa en el libro, publicado en España por Romana Editorial.