Cuando la verdad revelada nos supera por todas partes - Alfa y Omega

Cuando la verdad revelada nos supera por todas partes

Ha sido una semana intensa que comenzó por un inesperado prefecto de Doctrina de la Fe y terminó con el cardenal Cobo

Alfa y Omega

Tiene 96 años y vive en un confesionario. Fray Luis Dri fue el último de los nombres de la lista de los 21 nuevos cardenales con los que Francisco sorprendió a propios y ajenos el pasado domingo. Sorpresa literal fue para el arzobispo de Madrid, que había cogido el coche su primer día de ministerio para celebrar la Eucaristía en Aoslos, la localidad más pequeña de la archidiócesis, y cinco minutos antes de entrar su móvil ardía de mensajes de felicitación. Como él Dri, ese sacerdote de la misericordia que lleva décadas perdonando, en algún rincón de Buenos Aires, tantos pecados que hasta le entra el escrúpulo de hacerlo demasiado. Pero sabe que tiene un buen maestro y a Él pide cuentas frente al Sagrario.

El Papa ha vuelto a viajar a las periferias del mundo para seguir conformando la lista de nombres de los mayores servidores del pueblo de Dios y sus hombres de confianza en cada punto estratégico del mapa. Quiere saber de boca del arzobispo de Yuba cuáles son los anhelos de los sursudaneses y cómo va su proceso de paz. Y en un futuro cónclave, que un africano de un neopaís que nadie sitúa en el mapa elija al Sucesor de Pedro para la Iglesia del siglo XXI allende las fronteras europeas.

El cambio ha llegado también al seno de Roma, ya que será un argentino, su compatriota Víctor Manuel Fernández, Tucho, quien liderará Doctrina de la Fe. Un nombramiento que no ha gustado a demasiados, aunque, como él mismo refiere en estas páginas, «esa polarización es más vieja que la injusticia». Y recuerda los «feroces debates» entre jesuitas y dominicos, tomistas y molinistas, que se condenaban mutuamente y acudían a Roma a pedir la excomunión del otro. «Para superar la polarización necesitamos ser un poco más humildes y reconocer que la verdad revelada nos supera por todas partes. Es imposible erigirse en sus dueños», constata. Ese es el legado de Francisco. La verdad por encima de egos.

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