Cristo en el camarote: así es el jubileo de las gentes del mar
Los marineros no tienen fácil acceder a las gracias del año santo. Barcelona ha permitido recibir la indulgencia en la capilla de Stella Maris. «Es una oportunidad para ellos»
Las referencias marítimas en la Biblia son abundantes. Vemos a Jesús calmando la tempestad desde una barca o incluso indicando el lado del bote desde el que los apóstoles deben echar la red para encontrar gran cantidad de peces. Estas imágenes contrastan, sin embargo, con las dificultades eclesiales que se ha encontrado en ocasiones Ricardo Rodríguez-Marto, director del departamento Stella Maris de la Conferencia Episcopal Española, para poner en marcha este servicio en algunos puertos españoles. «Yo comprendo que los recursos, sobre todo los humanos, son escasos; que los marineros al final no son feligreses de ninguna parroquia y que se trata de un ámbito con una idiosincrasia muy particular», reconoce en conversación con Alfa y Omega. «Pero, por ejemplo, el domingo pasado tocó el Evangelio del buen samaritano y creo que es un modelo que no podemos perder de vista», añade.
Las formas en las que Stella Maris encarna hoy al buen samaritano son múltiples. En estas mismas páginas ya se ha contado cómo «suministramos tarjetas SIM para que los marinos puedan comunicarse, pero no somos una compañía telefónica»; o «facilitamos que se puedan mover por el puerto y la ciudad, pero no somos una empresa de transporte», explicaba Rodríguez-Marto a este semanario en una ocasión anterior. «Entonces, ¿cuál es nuestro objetivo, nuestra identidad? Llevar la buena noticia del Evangelio», afirmaba entonces.

Las palabras del director —que vuelve a atender a este semanario con motivo de la Virgen del Carmen, patrona de las gentes del mar— han cobrado actualidad de nuevo, cuando en la Iglesia universal se celebra el Jubileo 2025 dedicado a la esperanza. ¿Pero cómo lo ganan quienes pasan su jornada entera encerrados en un buque, habitualmente durante meses? «Nos preocupaba la situación de los marineros, que debido a su breve estancia en puerto tienen dificultades para acceder a las indulgencias del año jubilar». Por ello, Rodríguez-Marto —que también es director de Stella Maris de Barcelona— solicitó al arzobispo la designación de la capilla que tienen en el puerto como templo jubilar. «Se lo comentamos y aceptó, como ya hizo durante el Año de la Misericordia».
A partir de ahí, en el Arzobispado prepararon unos folletos en inglés, donde figuran todos los templos jubilares —incluida la Stella Maris Chapel— y en los que se explica qué es el jubileo, qué son las indulgencias y cómo ganarlas. «Luego nosotros, en nuestras visitas a los barcos, llevamos los folletos y los repartimos entre los marineros». Y los tripulantes responden. «Dese cuenta que son gente que pasa mucho tiempo en el mar, sin posibilidad de acceder a los sacramentos de forma habitual. En este contexto, tener un templo jubilar a pocos pasos de su barco es una oportunidad grande para ellos». En sus visitas a la capilla, según el responsable, «aprovechamos para hablar con ellos y alguno se queda rezando un rato». Al terminar, «les damos un rosario. También tenemos el Nuevo Testamento en distintos idiomas e incluso un póster de Cristo para que puedan poner en sus camarotes», concluye.
También tierra adentro goza de una profusa devoción la patrona de los marineros, en cuya festividad la Conferencia Episcopal Española celebra el Día de las gentes del mar bajo el lema María, guía y esperanza nuestra. Dan fe de ello los cuatro carriles que anualmente se cortan en la madrileña avenida de la Albufera durante la procesión de la talla de la Virgen del Carmen, que también es patrona de Puente de Vallecas. «Hay muchísima devoción. Cada año un mar de gente acompaña a la Vallecana por sus calles», explica Carmen López, presidenta de la Hermandad del Carmen de Puente de Vallecas, cuya sede canónica está en la parroquia de San Ramón Nonato.
A María se la conoce con el sobrenombre de la Vallecana porque la talla actual —que fue esculpida en 1941, después de que la anterior imagen fuera destruida durante la Guerra Civil— está realizada a escasos 200 metros del templo. De hecho, a la vía donde se encontraba el taller se le puso el nombre de calle de la Virgen.
La procesión de este año, celebrada el pasado miércoles, tuvo lugar después de la novena, que comenzó el día 7 de julio. «Como es la patrona, cada día la presidió un párroco diferente de los distintos templos de Puente de Vallecas». Y ya el mismo día 16 de julio, el delegado episcopal de Piedad Popular, Carlos Aguilar, celebró la Misa mayor a las 20:00 horas y luego tuvo lugar la procesión con la imagen, engalanada con las más de 90 ofrendas florales que recibió en esta ocasión.