Crecer (1911-1930)
1911: El salesiano Rodolfo Fierro Torres defiende ante la comisión segunda del Congreso de los Diputados las razones para la permanencia de las congregaciones religiosas en España, a causa de la Ley del Candado, de Canalejas. Obtuvo grandes ovaciones de todos los políticos.
1913: Pablo Albera, segundo sucesor de san Juan Bosco, visita Salesianos-Atocha. Con tal motivo se realizan brillantes actos culturales, de afirmación salesiana. Intervienen personalidades de alto rango: Requejo y Velarde, el marqués de Comillas, el diputado Pidal y Mon, el banquero Fernando Bauer, los políticos Heredia y Severino Aznar.
1916: El periódico El Siglo Futuro inicia una campaña de promoción de los salesianos en la capital, a través de los artículos del periodista Chafarote (Juan María del Campo).
1917: Colocación de la primera piedra de los Escuelas Profesionales Salesianas de la ronda de Atocha por Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, con la asistencia de Pablo Albera, superior general de los salesianos, Melo y Alcalde, obispo de Madrid-Alcalá, García Prieto, presidente del Consejo de Ministros, y otras personalidades.
En breve (1911-1930)
1925: Apertura del colegio del Paseo de Extremadura, a la altura del n.º 111. El Beato Felipe Rinaldi lo visitará en 1926. La generosidad de Rosa Cáceres, viuda de Cisneros, pondrá todos los medios necesarios para su fundación y crecimiento. Los salesianos Alejandro Battaini, José Lasaga, Jesús Marcellán y otros lograrán su afianzamiento.
1926: Colocación de la primera piedra de la iglesia de Salesianos-Estrecho, dedicada a la Virgen del Rosario, por los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg. El salesiano Antonio Torm, desde 1919, en que empezó a trabajar por la chiquillería de Cuatro Caminos con un Oratorio Salesiano, lograba ya en 1922 su consolidación, con el patrocinio del nuncio Tedeschini y la marquesa de T’Serclaes. En 1925 abría las Escuelas Populares, con lo que consolidaba la presencia.
1929: Beatificación de don Bosco en Roma. Los cuatro colegios de la capital promovieron multitud de actos religiosos y culturales. Los salesianos Manfredini, Binelli, Sáiz y Olaechea y otros trabajaron duro para el éxito de dichos actos.