Corazón de Amigo - Alfa y Omega

Corazón de Amigo

Tal día como hoy, de 1735, fallecía el Beato Bernardo de Hoyos, el joven que divulgó en España la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, una forma de vivir la fe que está cobrando cada vez más fuerza entre la juventud, especialmente tras la Consagración de los jóvenes de todo el mundo, que hizo el Papa en la pasada JMJ Madrid 2011

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Benedicto XVI consagró a los jóvenes al Corazón de Jesús, en la Vigilia de la JMJ 2011.

En el verano del año pasado, durante la JMJ Madrid 2011, millones de jóvenes asistieron, en directo y a través de los medios de comunicación de todo el mundo, a un diálogo íntimo entre el Papa Benedicto XVI y el Señor. Ante el Cuerpo de Cristo, que presidía la Vigilia desde la impresionante custodia de Arfe, el Santo Padre se arrodilló para consagrar a los jóvenes de todo el mundo al Sagrado Corazón de Jesús: Señor Jesucristo, Hermano, Amigo y Redentor del hombre, mira con amor a los jóvenes aquí reunidos, y abre para ellos la fuente eterna de tu misericordia que mana de tu corazón abierto en la cruz… Pocos de los que asistían a este coloquio entre el Señor y su Vicario sabían que, justamente 300 años antes, el 21 de agosto de 1711, nacía en Torrelobatón (Valladolid) Bernardo de Hoyos, quien pocos años más tarde recibiría del Señor el encargo de dar a conocer y propagar precisamente la espiritualidad y el culto del Sagrado Corazón de Jesús.

Hoy, el padre Ernesto Postigo, Vicepostulador de su Causa de canonización, señala que esta coincidencia «fue todo un signo». El mismo día del nacimiento del padre Hoyos, «el Papa clausuraba en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud con la celebración de la Eucaristía. Aquello fue más que una casualidad; fue más que un signo el que un Papa, por vez primera en la historia de la Iglesia, consagrara al Corazón de Jesús a la juventud del mundo. ¿Quién iba a pensar que, como regalo de su nacimiento, el joven Bernardo vería desde el cielo a millones de jóvenes que, en unión con el Papa, se consagraban al Corazón de Jesús presente en la custodia?». Para el padre Postigo, el joven Bernardo de Hoyos «contemplaría feliz a aquellos jóvenes que ardían en el amor al Corazón de Jesús trescientos años más tarde. El joven apóstol del Corazón de Cristo se hacía presente aquella noche en la Vigilia de Cuatro Vientos», afirma el padre Postigo.

Un amor que se experimenta

Precisamente hoy, 29 de noviembre, fiesta litúrgica del Beato Bernardo de Hoyos, se clausura en Valladolid el tercer centenario de su nacimiento. Durante todo el mes de noviembre, se han ido sucediendo distintas conferencias, exposiciones y Novenas; y hoy mismo, a las 19 horas, monseñor Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, presidirá la Eucaristía con la que concluyen las celebraciones en torno a una espiritualidad que está cobrando cada vez más fuerza entre la juventud.

Don Víctor Castaño, director del Centro de Espiritualidad del Corazón de Jesús, de Valladolid, confirma que el interés de los jóvenes por el Sagrado Corazón de Jesús va en aumento, «porque lo que quieren los jóvenes, en realidad, es una relación personal de amistad con Dios, sentirse amados por Él. La espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús permite esa relación personal con Dios». Si bien es cierto que, después del Concilio, «hubo un cierto eclipse en torno al Corazón de Jesús», ahora «resurge con fuerza», apoyado por el mismo Santo Padre: «Benedicto XVI es un Papa del Sagrado Corazón de Jesús, porque es consciente de la importancia de esta dimensión de la espiritualidad cristiana: que Dios se ha hecho hombre y me ama, y ha dado su vida por mí en la Cruz. Se trata de conocer el amor de Dios no en abstracto, sino a través de un Corazón humano; y, más allá de saber que Dios me ama, tener la experiencia segura de este amor suyo», concluye don Víctor.

El Corazón de Jesús y el joven de hoy

La devoción al Corazón de Jesús tal como fue revelada a santa Margarita María de Alacoque y al Beato padre Hoyos se hace hoy más necesaria que nunca. Es el gran signo de esperanza para nuestros jóvenes, hijos de una sociedad que hace mucho tiempo ha dado la espalda a Dios y sufre ahora sus más hondas consecuencias.

Cuando un joven mira al Corazón de Jesús en la adoración eucarística, como el apóstol san Juan ante el costado abierto de Cristo en la Cruz, o toca su Misericordia como Tomás cada vez que se confiesa, se encuentra con un Dios que, por amor a él, se ha hecho hombre y le ama con un Corazón humano.

Este encuentro introduce al joven en una amistad íntima con Cristo que cambia su vida: sus inquietudes, sus conversaciones, la relación con sus padres, con sus compañeros de clase o trabajo, su manera de divertirse, su forma de vestir…, todo.

Es un encuentro que le saca de sí mismo y de su pequeño horizonte, y le impulsa a trabajar por un ideal más grande que orienta toda su vida: la construcción -en palabras del Beato Juan Pablo II- de la tan deseada civilización del amor, el reino del Corazón de Cristo.

Este ideal se convierte en una esperanza cierta y adquiere mayor fuerza aún cuando, a la luz de la Sagrada Escritura, del magisterio de la Iglesia y de las palabras del mismo Señor, se desvela como una promesa: Reinaré.

Por todo esto, la devoción al Corazón de Jesús, la vida de amistad con Dios que suscita, y el ideal y la esperanza cierta que conlleva, no sólo tiene mucho que decir al joven de hoy, sino que es la fuente de su verdadera esperanza.

Francisco Martín de Vidales
Consiliario nacional de Jóvenes por el Reino de Cristo (JRC)