Confía - Alfa y Omega

En los tiempos que corren tiene razón un buen amigo mío cuando me dice: «A lo esencial, ahora toca lo esencial». Y me convence. Es verdad, «ahora toca lo esencial». Y lo esencial es estar cerca del que sufre, para ser capaz de responder con prontitud a sus necesidades. Voy a ponerles un ejemplo. Hace unos meses se puso en marcha en Madrid un proyecto que hoy tiene el nombre de Confía Asociación. Sus integrantes y promotores son laicos, hombres y mujeres, cercanos a la Iglesia católica. Todo empezó con unas batas hechas con bolsas de basura que comenzaron siendo para sanitarios y acabaron llegando a centros de salud, residencias de ancianos y personas con discapacidad y también hospitales. En plena pandemia era lo más urgente.

Después, cuando la crisis sanitaria empezaba a poner de manifiesto una crisis social que ya se atisbaba galopante, y cuando el material sanitario ya llegaba a los hospitales, comenzaron a buscar comida. La red que se iba tejiendo poco a poco hacía posible que la voz de las necesidades fuera corriendo de boca en boca. De este modo, consiguieron almacenar comida y distribuirla. Y fueron a por más. Había que cocinar semanalmente porque los comedores sociales no daban abasto. Y no solo eso, comenzaron a distribuir flores a residencias de ancianos, donadas por productores y el Botánico de Madrid. Poco a poco, a pie de calle, Confía ha tejido una red de voluntarios que cocinan y buscan bienes necesarios para personas que a día de hoy carecen de lo necesario: ropa, calzado, calefactores, mantas, muebles y juguetes, sí, también juguetes y libros. Los niños de las familias sin recursos también necesitan leer y jugar.

Confía aglutina a personas que diariamente cocinan para otras 1.500 personas y semanalmente atienden a 3.000 familias. O sea, se empeñan en sostener el cuerpo de quienes carecen de los recursos necesarios para su bienestar. Lo dicho. Lo esencial: dar de comer al que tiene hambre. Porque aunque nos duela, y hasta llegue a avergonzarnos, en España hoy comienzan a ser legión los que pasan hambre. ¡Dadles vosotros de comer! No lo olvidemos.