Comunicar es, esencialmente, comunicar la verdad, salir al paso de las preguntas, dudas e inquietudes del hombre y ponerle en relación con aquello que necesita conocer. Como señala Benedicto XVI, «el hombre no puede quedar satisfecho con un sencillo y tolerante intercambio de opiniones escépticas y de experiencias de vida: todos buscamos la verdad y compartimos este profundo anhelo». En la medida en que esa comunicación se realiza, el hombre queda humanizado. Todo contacto con la verdad sobre cualquier realidad da a conocer al hombre su lugar en la sociedad y su misión en la misma. Es precisamente la humanización de la sociedad uno de los fines de la comunicación y, al mismo tiempo, uno de los parámetros con los que se puede medir la calidad de la comunicación. Una sociedad conocedora de la verdad es una sociedad más libre, más justa y más humana.
En el otro extremo, la mentira, la transmisión del error, la duda, no producen comunicación, sino más bien incomunicación y, con ella, deshumanización. Quienes transmiten la mentira, por dejadez, falta de rigor o de honestidad, traicionan la misión que les ha sido confiada de servir de puente de unión entre la verdad y los hombres de nuestro tiempo, y provocan la deshumanización de la sociedad. Lo mismo ocurre cuando la comunicación busca sembrar la discordia, la insidia o la maledicencia. Se puede decir que «la comunicación debe ser siempre veraz, puesto que la verdad es esencial a la libertad individual y a la comunión auténtica entre las personas».
Cuando se produce la comunicación, es decir, cuando se transmite la verdad, la belleza o la bondad de la vida ordinaria, se está mostrando al hombre el camino para ser auténticamente hombre y, en última instancia, se dispone el corazón del ser humano a la Verdad, la Bondad y la Belleza que es Dios. Por eso, la comunicación tiene su máxima expresión y cumple del mejor modo su dimensión humanizadora, en el anuncio de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. En este sentido, se puede decir que la comunicación contribuye, definitivamente, a la evangelización.
Obispos de la Comisión episcopal de Medios de Comunicación
del Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales