Cómo jugar al pinball con un refugiado - Alfa y Omega

Cómo jugar al pinball con un refugiado

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Eric Fischer

Las gestiones laberínticas a las que se enfrentan los solicitantes de asilo en Madrid se parecen mucho a una pelota que va rebotando de un lugar a otro una y otra vez.

Nada más llegar a Barajas y solicitar asilo, la Policía les remite al Samur Social, en el distrito de Latina, para la asistencia más básica, y allí se encuentran con un servicio totalmente colapsado.

En cuanto a los trámites administrativos, deben presentarse ante la Brigada de Extranjería, donde les dan cita para una primera entrevista en una comisaría de Policía. En este momento inicial «no hay información, ni servicio de traducción, ni asesoramiento legal», y «tampoco hay recursos de alojamiento ni ningún tipo de apoyo económico», por lo que van «tirando de sus ahorros e informándose como pueden», aseguran desde Canal Migrantes.

En esa primera entrevista les dan una dirección web para solicitar cita con la trabajadora social de la Oficina Asilo y Refugio, pero «únicamente puede solicitarse la última semana de cada mes, y la web lleva sin funcionar desde hace meses. Es algo casi imposible», afirman. Este obstáculo administrativo ha llevado a muchas asociaciones a lanzar la campaña Sin citas no hay derechos.

Si al final «les toca la lotería de conseguir una cita con la trabajadora social, o si alguna organización les ayuda a conseguirla, es muy posible que la den para dentro de un mes o para dentro de un año. Ha habido quien la solicitó en agosto y tiene cita para mayo del año que viene».

Mientras tanto, no pueden acceder a ningún recurso de alojamiento, programa humanitario, o cualquier otro tipo de apoyo porque es el trabajador social el que tiene que derivar para cualquier programa.

Mientras, los solicitantes de asilo acuden a la sede del Samur Social del Ayuntamiento de Madrid para conseguir alojamiento, «pero allí les dicen: “Lo siento no tenemos plazas”, “este centro solo atiende por derivación”, “te ponemos en lista de espera…”, y al final no reciben ningún tipo de apoyo o recurso por parte de las administraciones. ¿Cómo es posible esto?», denuncian desde Canal Migrantes.

Todo este recorrido les deja exhaustos y en una situación de «vulnerabilidad, desinformación, y absoluta precariedad durante meses e incluso años».