COMECE denuncia que la UE pretende regular el uso de embriones como simple tejido humano
«Es éticamente inaceptable» que la regulación sobre sustancias de origen humano incluya a los fetos. También obliga a realizar pruebas para eliminar a los que tengan enfermedades
La Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) pidió el pasado miércoles una revisión y debate en profundidad de la propuesta de regulación de la UE sobre sustancias humanas. En su actual formulación, denuncia la entidad en su toma de postura oficial, se abre la puerta a la utilización de embriones y fetos humanos como si se tratara de cualquier tipo de tejido.
La propuesta de Normas de Calidad y Seguridad para Sustancias de Origen Humano Destinadas al Uso Humano (también conocida como Regulación SoHO) está siendo debatida en la actualidad entre el Parlamento, la Comisión y el Consejo Europeo. El Parlamento estableció su posición el 12 de septiembre, a pesar de las advertencias en contra de COMECE, y el Consejo Europeo lo hizo este 25 de octubre.
COMECE acoge de buen grado «la necesidad general de esta regulación», ya que «la Unión Europea debería asegurar un suministro adecuado» de estas sustancias, de gran importancia «para la atención médica moderna». También aplaude el hecho de que se alinee con «el principio de donación voluntaria y gratuita de las sustancias de origen humano, que se basa en el altruismo del donante y en la solidaridad entre donante y receptor».
Uso y eliminación de embriones
Sin embargo, alerta de que la definición de «sustancias de origen humano» es «demasiado amplia». En su artículo 3.5, «no solo se refiere a gametos no fecundados en el ámbito de la medicina reproductiva, sino que también cubre a los embriones y los fetos». Asimismo, en el artículo 3.15 se incluye la fecundación como forma de «procesamiento» de sustancias humanas, lo que ratifica esta identificación. Esto implica que la directiva incluiría la eliminación y utilización «de embriones y fetos fallecidos o asesinados», así como «el uso alternativo» de embriones sobrantes fruto de la fecundación in vitro.
«Esto es éticamente inaceptable. El embrión humano no es solo una sustancia de origen humano, sino que está dotado de dignidad humana independiente», subraya el texto. Por ello, COMECE sugiere «clarificar la regulación» para que en el término «sustancia de origen humano» no estén incluidos «ni los embriones ni los fetos ni tejido fetal, independientemente de si han sido creados por la concepción natural o por inseminación artificial con fines reproductivos o de otro tipo».
Pruebas genéticas
Por otro lado, el artículo 58 de la regulación obliga a «excluir la transmisión de enfermedades genéticas a los receptores de sustancias de origen humano y a su descendencia». Pero «esto solo será posible haciendo pruebas a los embriones y fetos», lo que supone «el riesgo de una selección de la vida humana que violaría su dignidad». «También es cuestionable cómo se equilibrará la compatibilidad de una posible obligación de hacer pruebas genéticas con el derecho a la autodeterminación de donante y receptor», abunda el documento.
Por ultimo, los obispos de la UE sugieren incluir en la regulación, «preferiblemente en su artículo 1, la posibilidad de que los Estados miembros establezcan normales legales diferentes basadas en decisiones éticas, de forma que la regulación de la UE no afecte a la ley nacional».