Cine para elevar la mirada - Alfa y Omega

Cine para elevar la mirada

En un tiempo de oscuridad e incertidumbre, hay películas que arrojan luz al hablar del amor, la amistad o la fraternidad

Alfa y Omega

Franz Jägerstätter era un campesino austriaco católico, con una vida familiar feliz y sencilla, hasta que, al estallar la II Guerra Mundial, fue llamado a filas. Una decisión personal, de conciencia, cambió su existencua para siempre: se negó a jurar lealtad a Hitler. Su historia, ignorada por muchos, fue llevada con maestría al cine el año pasado por Terrence Malick. Y ahora Vida oculta se alza como la película de 2020 en los XXVI Premios Alfa y Omega al mejor cine.

A pesar de que la pandemia ha reducido el número de estrenos y paralizado rodajes, a pesar de que muchas salas se han visto obligadas a echar la persiana definitivamente y de que los estudios no tienen muy claro qué hacer con su apuestas ni si deben lanzarse a los brazos de las plataformas, en 2020 hubo grandes historias como la del ya beato Jägerstätter. Y estos galardones quieren ser un reconocimiento para que, quienes hacen cine, lo sigan haciendo, al tiempo que son una invitación a los lectores a seguir viendo cine.

Filmes como Adú, El oficial y el espía, Especiales, Entre la razón o la locura o Fortuna «nos ayudan a elevar la mirada», de acuerdo con el jurado capitaneado por el crítico de este semanario, Juan Orellana. Son obras que, en este tiempo de oscuridad e incertidumbre, arrojan luz al hablar del amor, la entrega al otro, la amistad verdadera o la fraternidad que tanta falta hacen, como recuerda Fratelli tutti.

En un mensaje a los artistas que no ha perdido ni un ápice de vigencia, Pablo VI subrayaba que este mundo «tiene necesidad de la belleza para no caer en la desesperanza». La belleza –aseveraba al final del Concilio Vaticano II– «pone alegría en el corazón de los hombres; es el fruto precioso que resiste la usura del tiempo, que une las generaciones y las hace comunicarse en la admiración», y los artistas, también los del mundo del cine, deben ser sus «guardianes». Algunos, como atestigua este semanario, lo consiguen.