El Viaje de Benedicto XVI a España es el tema casi monográfico en las cartas de nuestros lectores. Don Fernando Cuesta, de Álava, está convencido de que, «en unos momentos críticos en lo económico y socialmente difíciles, el Papa fortalece los valores que siempre ha fomentado, y en especial la familia». Desde Barcelona, doña Carmen Bonet se presenta orgullosa como parte de esa juventud del Papa: «Sí, ésta es la juventud que mueve el sucesor de Pedro, la que la Iglesia y el mundo necesitan. Jóvenes inconformistas que no pactemos con la mediocridad; que seamos capaces de servir a los demás, de no quebrantarnos ante las dificultades; que no dejemos paso a la tibieza humana y espiritual. Nosotros, los jóvenes del Papa, moveremos el mundo apoyándonos en sus palabras y en las de Cristo». Don Jesús Ortiz explica que «lo que hemos vivido en Santiago y Barcelona marca el rumbo de la próxima JMJ 2011, en Madrid». Hasta entonces, no nos faltará trabajo a los creyentes, principalmente defender que pueda expresarse esa fe «con naturalidad en la vida pública». Ha sido un buen precedente estos días «el bullicio de los jóvenes», que «se ha contagiado a muchos, manifestando sin complejos que cabe ser modernos y fieles a Jesucristo». Y en el abundante capítulo de agradecimientos, sirve como muestra la carta de doña Elena Camino, de Madrid: «Santidad es lo que ha dejado el Papa en el corazón de los españoles; santidad es lo que ha demostrado que tiene Benedicto XVI. Con 83 años, nos ha dado una nueva lección. Gracias, Santo Padre, por su Visita; por sus palabras, que leeremos una y otra vez. Con su estilo claro, sencillo, directo y cercano nos ha dicho lo fundamental en la vida de la persona, de toda persona. ¡Gracias!».