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Para todo el mundo, pero especialmente para las personas que estamos solas, la fe es fundamental para seguir viviendo, pensando que, cuando termine esta vida (tan corta), entonces nos encontraremos con Jesús y con nuestros seres queridos, para no separarnos nunca más. Todos los días, antes de salir de mi habitación, medito un poco delante de un cuadro con la cara de Jesús de la Sábana Santa, y me hago la ilusión de que me sonríe y me dice: «He muerto en la cruz por ti, y cuando dije las palabras Tengo sed, me refería a ti. Estoy siempre a la puerta de tu corazón, esperando que me abras para entrar; piensa que nunca te voy a dar más carga de la que eres capaz de soportar y que nunca tienes que llevarla sola, pues Yo estoy contigo siempre. Por lo tanto, las llevaremos juntos». Entonces yo le digo: «Señor, a tu Corazón confío el día de hoy, cuento contigo y estoy segura de que estarás a mi lado, pues cada día te quiero y te necesito más. No me sueltes la mano y haz que te sienta conmigo. Jesús, yo confío en Ti». Tenemos que recordar siempre que en esta vida somos peregrinos caminando a Casa.
Con el lema María, Madre del Evangelio viviente, un año más, el último sábado de mayo, tuvimos el tradicional Rosario de la Aurora, en Zamora. Los zamoranos nos dimos cita el día 31 de mayo, en la Playa Mayor, a las 6:30 de la mañana, para recorrer con María las calles de Zamora hasta la iglesia de María Auxiliadora. Rezando y cantando desgranamos los 50 Avemarías del Rosario, para pedir a la Reina de cielo y tierra por la paz en el mundo entero, por la unidad de todos los cristianos, y por la concordia y el perdón entre hermanos, porque todos somos hijos de esta Santa Madre desde aquel bendito día que, en el Calvario, nos la dio Jesús: Ahí tienes a tu Madre, le dijo a san Juan. En él, estábamos representados todos. A María Reina, a María Madre, como a cualquier madre de la tierra, le gusta que la amemos, que la visitemos…, pero, también como toda madre, quiere que sus hijos nos llevemos bien unos con otros, que no disentamos, que en armonía le devolvamos nuestro cariño y amor. Para eso fuimos al Rosario de la Aurora. Culminó con la Santa Misa presidida por el señor obispo. La Eucaristía es el centro y culmen de la vida cristiana, donde el Señor nos da la fuerza para amarle a Él y poder cumplir su mandato nuevo: Amaos los unos a los otros como yo os he amado. Si caemos, que caemos muchas veces, tenemos el sacramento de la Confesión, donde está nuestro Padre Dios perdonando con amor. María es Madre de Dios para alcanzarlo todo, y Madre de los hombres para concederlo todo.
En los tiempos actuales, una buena labor de difusión es necesaria para que la sociedad conozca la labor de las instituciones. La Iglesia no es una excepción. Por esto, veo muy acertada la revista X Tantos, en la que se dan a conocer, de manera clara y de fácil lectura, aspectos de las tareas de la Iglesia, que, con frecuencia, son desconocidos, al menos parcialmente, para la sociedad. Y, sobre todo, la gran labor que se hace a favor de los más necesitados. Aun así, estimo que sería necesario que esta publicación no se limite a salir solamente durante el período impositivo de la Declaración de la Renta, es decir, una vez al año, sino que, y lo pido respetuosamente a la Conferencia Episcopal, responsable de la misma, se edite con más frecuencia. Creo que sería bueno, tal vez, de forma trimestral, a modo de sugerencia. El intervalo de un año es demasiado largo, y más aún con la cantidad de información que recibimos todos los días, a través de diversos medios de comunicación. No sé si esta medida podría aumentar el número de personas que se acercaran a nuestra Iglesia, o para que aquellas que se han alejado de la misma volvieran a ella. Dios lo quisiera. Pero estoy convencido de que, viendo las obras, también se puede aumentar la fe. Y lo que es seguro es que la imagen de la Iglesia, en estos tiempos tan difíciles, saldría sin duda muy beneficiada.
Del 26 al 30 de mayo, la música sacra de concierto ha vuelto a resonar bajo la gran bóveda de la ensoñadora iglesia de San Manuel y San Benito. Se trataba de la XXXIV Semana Internacional de Órgano, de Madrid, probablemente, entre los eventos más tradicionales y conocidos del arte organístico de la capital de España. Una vez más, la divinidad se ha manifestado a través de la música clásica y bella, pues ¿no representa el Sumo Hacedor la máxima Belleza? Han sido cinco conciertos interpretados por virtuosos organistas venidos de Italia, Eslovenia y Polonia, además del español Bernal Ripoll, reconocido entre nosotros como profesor del Conservatorio Superior de Música de Madrid y organista de esta iglesia. La interpretación de grandes y famosas obras convirtieron el templo, no tanto en una sala de conciertos, cuanto en un santuario de arte sacro, ya que el arte eleva a Dios. En fin, he descrito de ensoñadora a esta iglesia, de estilo neobizantino, de alta torre al modo de los campaniles italianos, y de brillantes paredes doradas y blanco mármol, construida entre 1902 y 1911, por ser una de las más originales madrileñas. Valgan estás líneas para añadir que está regida por los padres agustinos, y que fue el padre Domingo Losada, ilustre leonés, el fundador de dichas Semanas organísticas internacionales. Así, en efecto, nos lo recordaba la presentación del programa, de mano del padre Pedro Alberto Sánchez.