Carlo abrió su bar y León XIV se apeó en su puerta
El propietario de Caffetteria Pelle vio varias veces al cardenal Robert Prevost yendo al Santuario de Nuestra Señora del Buen Consejo. «Si hubiera sabido que sería Papa, no se me habría escapado»
La Caffetteria Pelle es un centenario local en el centro de Genazzano, un pequeño pueblito a 60 kilómetros de Roma, que tiene inmediatemente frente a él el Santuario de Nuestra Señora del Buen Consejo del cual León XIV es muy devoto. Todos los días, Carlo Pelle, el propietario del bar, abre y echa el cierre y atiende a los turistas que se acercan a su establecimiento. Son unos 700 al día cuando hay temporada alta. O cuando viene el Papa en persona, que es lo que le ha pasado por sorpresa este sábado.
«Ahora mismo el Papa León está rezando dentro del santuario, pero le he visto nada más llegar. El resto no podemos entrar», nos confiesa el hostelero. Estaba ocupado con sus quehaceres cuando «de repente ha llegado el Papa» a primera hora de la tarde. Para él, «ha sido una gran sorpresa». Con alguna dificultad para comunicarnos por el ruido que generan todos los curiosos a la puerta de su cafetería, Pelle nos revela que «esta mañana ya había visto algún movimiento de gente algo extraño para un sábado, pero nunca pensé que fuera el Papa». Ahora, con el Pontífice rezando a escasos metros de su local, ata cabos y ve claro que «eran cinco personas de la seguridad del Vaticano».
Con una desarmante franqueza romana, cuando le pedimos opinión sobre el Papa nos dice: «¿Qué debo pensar? Acaba de ser elegido». «Aunque la primera impresión que da es de ser buena persona», añade. Han pasado solo dos días desde su elección, pero ya se sabe algún dato sobre él. Por ejemplo, que Robert Prevost «ya estuvo aquí en 2024, venía a menudo como cardenal». En aquel momento, como fue recibido por el alcalde, muchos vecinos se le acercaron por curiosidad. «Aunque, si hubiera sabido que después sería el Papa, no le habría dejado escapar», confiesa Carlo Pelle.