Cáritas lanza su Campaña del Paro. Sembrando oportunidades

Fidel tiene 40 años y trabajaba en una consultoría desde hace más de tres. «Teníamos trabajo de sobra, y, al mes siguiente, se nos comunica que falta financiación y nos echan a la calle. ¿Dónde voy ahora, a mi edad?», se pregunta. Antonio tiene 54 años. Casado y con un hijo, lleva en paro desde 2010, desde que el boom de la construcción empezó a apagarse». Desde entonces, ha vivido con 800 euros, pero no le queda mucho tiempo para seguir percibiéndolo: «Llevo trabajando desde que tengo 18 años, jamás pensé que acabaría en la oficina del INEM, y mucho menos, escuchando constantes negativas cada vez que voy a pedir trabajo». A Mohammed, transportista de 35 años, se le ha terminado el subsidio y vive de los 600 euros que gana su mujer como trabajadora del hogar: «Vamos a por comida a Cáritas, porque el dinero no nos da para pagar el alquiler, las facturas, y comer». Mohammed, que lleva 5 años en España, reconoce que tiene «todos los carnés de conducir, y experiencia, pero casi no salen ofertas y si hay una, nos presentamos 200 o 400 personas para un solo puesto».

Historias como estas tres son el pan de cada día para los trabajadores y voluntarios de Cáritas que atienden los numerosos programas relacionados con el empleo. Son sólo tres ejemplos, de los 4.750.867 desempleados registrados en marzo, con un aumento en el último mes de 38.769 personas, el nivel más alto de toda la serie histórica comparable, que data del año 1996.

Sembrando oportunidades

Sólo en Madrid, según datos recientes de la Encuesta de Población Activa (EPA), hay más de 600.000 personas en situación de desempleo, algo que, según Cáritas diocesana, «provoca un mayor incremento de familias empobrecidas, que dificulta el desarrollo de las mismas y, por lo tanto, su participación social».

El próximo domingo, 15 de abril, Cáritas Madrid lanza un mensaje de sensibilización a toda la sociedad, para recordar que «todos tenemos la responsabilidad social y moral de sembrar y crear oportunidades —como reza el lema de la campaña de este año, Sembrando oportunidades—, y unas condiciones óptimas para que todo aquel que juega en desventaja pueda conseguir su integración en el mercado laboral y llevar a cabo procesos de recuperación personal».

Cáritas Madrid ha logrado, en 2011:

• Acoger, acompañar y orientar a 12.407 personas en su proceso hacia la inserción laboral en los Servicios de Orientación e Información.
• Impartir 71 cursos, capacitando, en sectores con mayor índice de demanda en el mercado laboral, a más de 1.190 personas en los Centros de Capacitación y Orientación Laboral.
• Asesorar e impulsar 13 iniciativas para fomentar el autoempleo a través de microcréditos solidarios.
• Enseñar a 18 personas a trabajar, trabajando, en las Empresas de Inserción Laboral.
• Apoyar económicamente a 1.874 personas que están realizando su proceso de inserción laboral.

Para lograrlo, Cáritas Madrid pone al servicio de todo aquel que quiera arrimar el hombro la posibilidad de trabajar como voluntario en el amplio programa del Servicio Diocesano de Empleo, que, durante 2011, atendió a más de 12.400 personas desempleadas, como Fidel, Antonio o Mohammed; formó y capacitó a 1.190 alumnos; y consiguió más de 2.300 empleos.

También Cáritas diocesana de Extremadura ha puesto en marcha la campaña del paro, con el lema Estos corazones no pueden quedarse parados. La campaña tiene el objetivo de «recordar que el programa del paro que se lleva a cabo en Cáritas Regional de Extremadura es un testimonio de los valores del Evangelio, desde la acogida incondicional y el acompañamiento a las personas».

En Extremadura, en el tercer trimestre del año 2011, había 12.050 personas desempleadas. Desde Cáritas, se ha atendido a un total de 1.900 personas —sobre todo inmigrantes, parados mayores de 45 años y parados de larga duración— en los diferentes servicios, como la orientación laboral, los proyectos de formación o las empresas de inserción, de las cuales, 156 personas consiguieron empleo.

¿Son eficaces los programas de empleo?

Según don Sebastián Mora, secretario general de Cáritas Española, los programas de empleo, «que ya tienen 25 años de experiencia, comienzan por el diagnóstico y la acogida de la persona». El proceso es el siguiente: se estudia su formación y su situación familiar y social, y después, a través de los cursos prelaborales, se enseñan herramientas como elaborar un currículo. A continuación, llegan los cursos formativos en sí —albañilería, carpintería, etc.—, y, finalmente, hay un sistema de mediación entre empresas y demandantes de empleo.

Cáritas también cuenta con las empresas de inserción, sociedades limitadas propiedad de la institución, que forman a personas de baja empleabilidad y se les proporciona un sueldo y Seguridad Social.

«Sin un acompañamiento cercano que motive, los recursos serían ineficaces», reconoce don Sebastián Mora. «En 25 años, hemos aprendido que el mercado no es igual de accesible para todos, pero que todos pueden incorporarse a él si reciben acompañamiento», concluye.