Cáritas Diocesana de Madrid presenta su Campaña por el Empleo, centrada en los jóvenes
Los menores de 30 años representan el 25 % de los atendidos por el Servicio de Empleo de la entidad, subrayan sus responsables
Cáritas Diocesana de Madrid ha presentado su Campaña por el Empleo 2022, que celebrará el próximo domingo, 24 de abril, su 40 edición con el lema No todo suma, cuenta, ni vale. Más que un contrato. Trabajo decente. Lo ha hecho en el Campus Cáritas Madrid, un proyecto que nació en enero de este año para implementar las competencias laborales de los jóvenes.
Begoña Arias, subdirectora del Servicio Diocesano de Empleo, ha afirmado con rotundidad que la misión de la campaña es hacer un «llamamiento a la sociedad para un compromiso con el futuro, sobre todo de las generaciones más jóvenes». El trabajo, como dice el Papa Francisco y ha subrayado Arias, es una dimensión irrenunciable de la vida social. Asimismo, la responsable ha defendido el «derecho al trabajo decente», en el que «la vida de la personas y la casa común se respeten».
La edad se revela, de hecho, como un factor de exclusión social. Los menores de 30 años representan el 25 % de los atendidos por su Servicio de Empleo. La caída de la actividad económica tras una leve recuperación a finales de 2021, con la vuelta de los ERTE, «hace mantener la preocupación por las alternativas de futuro» de manera especial para los jóvenes, quienes ven complicado «romper la espiral de la pobreza, que tantas veces se hereda». En este sentido, Cáritas recuerda los últimos datos del informe FOESSA, presentado recientemente en Madrid, en los que se percibe un agravamiento de la precariedad laboral y de la exclusión social debido a la pandemia.
La subdirectora ha destacado en este punto la apuesta del Campus «ofrecer un futuro» mediante la adquisición de competencias como son la «capacidad de ser responsables, el esfuerzo, la implicación, la creatividad resolutiva, el espíritu colaborativo»…
Itinerario para jóvenes
El responsable del proyecto, Fernando Arias, ha señalado las tres líneas en las que se desarrolla este itinerario para jóvenes. Empiezan con actividades de ocio y deportivas en las que además van adquiriendo habilidades sociales y de relaciones, hábitos horarios y de compromiso… «Muchos llegan aquí desde el fracaso escolar, descorazonados, y queremos empezar desarrollando aspectos que les atraigan».
La segunda fase contempla actividades prelaborales en las que se van a ir viendo los intereses que en ellos se despiertan. «Es una metodología activa de aprender haciendo para que se suscite la elección futura». Aquí cuentan con talleres de pintura urbana, arte digital, robótica y diseño de app y videojuegos, electrónica y electricidad (aplicada a, entre otros, las energías verdes)… Se trata de que «cacharreen, que trabajen para ver si tienen una llamada laboral por ahí».
Y en tercer lugar, la formación y capacitación específica. Aquí se ofrecen ya los cursos propios de Cáritas muy adaptados al mercado laboral. Como explica Begoña Arias, «queremos meter en el corazón del centro a la propia empresa para que nos digan sus necesidades y adaptarnos a los perfiles que están demandando». Así, hay formación en ciberseguridad, programación y diseño web, instalación de placas solares, mantenimiento de edificios…
O Instalador de fibra óptica, como el curso que está haciendo Arturo, uno de los 55 jóvenes que actualmente se forman en el Campus (en 2021 ha habido 700 personas en formación en Cáritas). A los 16 años comenzó a trabajar en hostelería y mensajería y gracias a la Cáritas de su parroquia, aprendió a hacer un CV y a adquirir herramientas básicas de búsqueda de empleo. De allí le derivaron al campus, donde tiene unos «compañeros increíbles, socializas con personas de otros países y es muy divertido». Arturo sigue trabajando como ayudante de cocina pero «me gusta seguir aprendiendo cosas nuevas».
El proceso de aprendizaje se va acompañando de manera personalizada por los trabajadores de Cáritas para que los jóvenes también adquieran competencias personas y sociales como compromiso, gestión de conflictos y emociones, capacidad de comunicación, tan importantes también en el día a día en los trabajos. En esta fase tan inicial del proyecto el objetivo es, explica su responsable, «que el grupo vaya haciendo suyo el centro, que sea su espacio». Un espacio «totalmente abierto» a cualquier joven, venga de donde venga.