Cardenal Rouco Varela: «El Papa nos alienta a seguir en la misma línea»

¿Qué es lo que destacaría de la visita del Papa a España?
Ha sido un acontecimiento en el que la Iglesia en España y los católicos españoles se han unido fervorosamente y con entusiasmo junto al Papa para oírle y para identificarse con él en uno de los grandes temas y propuestas que la Iglesia hace a la sociedad actual. El matrimonio, del que nace la familia, es un asunto esencial para la familia cristiana, y es una asunto esencial también para el futuro y el presente de la sociedad.

De este Papa había incógnitas con respecto a su capacidad de atraer a la gente. ¿Están satisfechos?
Yo no tenía ninguna duda de que todo iba a ser como al final ha sido, porque los católicos en España responden siempre a las llamadas del Papa. No podía ser menos; no se puede olvidar la gran raíz cristiana de España y su vertebración en torno a la experiencia de vida católica. La respuesta no podía ser otra; yo no tenía la menor duda, aunque fuese verano, con todo el calor que trae. El gran gozo de la celebración nadie iba a ser capaz de perturbarlo.

Sorprendió mucho el calor de la gente y también el espíritu de alegría combativa de la gente, sin acomplejamientos de otros tiempos, con una naturalidad no agresiva y sí convencida, algo que hace tiempo no se veía en España.
Los jóvenes han estado muy presentes, matrimonios jóvenes, muchos niños… La gente joven en la Iglesia, en estos momentos, está mucho más presente de lo que muchos piensan; tienen una espontaneidad natural, a la hora de expresar su identidad, y tienen una mirada, además, positiva, como si dijeran: «Nosotros tenemos una forma de vida que es bella, hermosa, y que es una gran oferta para todos, que no hiere a nadie». Todo eso se ha notado.

¿Cuál es su opinión acerca del comportamiento del Presidente del Gobierno en la Visita del Papa?
Yo respeto mucho su forma de actuar, pero me parece que es un asunto menor, que no tiene importancia.

¿Cuál es el asunto mayor?
Que el Papa ha estado aquí, que hemos celebrado con él la Eucaristía final del V Encuentro Mundial de las Familias, que en torno a él se ha reunido más de un millón de católicos, que lo ha escuchado medio mundo, que hemos escuchado con gozo todo el mensaje cristiano acerca de lo que es la familia, y que estamos dispuestos a proyectar todo esto a la sociedad y al mundo. Eso es lo más importante.

Se ha publicado que «el Papa marca un nuevo discurso a los obispos en su relación con el Gobierno».
Para saber cuál es la forma actual de nuestra relación, hay que leerse el discurso que nos ha dirigido el Papa a los obispos españoles, en la capilla del Santo Cáliz, en la catedral de Valencia; en él nos alienta a seguir en la misma línea. Siempre habrá quien quiera interpretar diferencias entre el episcopado de un país y el Papa, pero es inútil, porque nuestra comunión con él es completa, y hemos aprendido mucho de él en estos días. Eso no quiere decir que el Papa no esté con nosotros y nos aliente en nuestra misión de ser testigos del Evangelio aquí, en España, en las circunstancias concretas en la Iglesia en España.