Cardenal Herranz: «Un tipazo» - Alfa y Omega

En los 25 años que llevo informando desde el Vaticano, no recuerdo que ninguno de los tres últimos Papas haya elogiado tan calurosamente a un cardenal como lo ha hecho Francisco respecto al español Julián Herranz, quien comenzó a trabajar en la Santa Sede en 1960, en la comisión preparatoria del Concilio Vaticano II.

El pasado mes de marzo, un periodista de Infobae que entrevistaba a Francisco citó una opinión de Herranz como «del cardenal más antiguo que tiene el Vaticano». «Un tipazo», le interrumpió el Papa. «Herranz tiene experiencia. Herranz es médico, después entró en el Opus Dei, se ordenó sacerdote. Tiene 92 años. El otro día me escribió una carta muy simpática. Soy muy cercano a Herranz, muy amigo».

En esa carta, el veterano psiquiatra, montañero y poeta —nombrado máximo jurista del Vaticano por san Juan Pablo II en 1994 e investigador del caso Vatileaks por Benedicto XVI—, le pedía permiso para publicar en un libro de memorias, cuyo manuscrito adjuntaba, algunas cartas que ambos se han cruzado a lo largo de la última década.

La respuesta de Francisco refleja su aprecio por una persona que ha servido lealmente a seis Papas. «Me conmueve su gesto, me deja mudo. No lo esperaba. Me admira su memoria y su anciana juventud. Y recuerdo una anécdota: después del Cónclave en el que fue elegido Benedicto XVI, usted nos invitó a almorzar al cardenal Hummes y a mí. Fue un almuerzo en el que pudimos calibrar su amor a la Iglesia escuchando sus reflexiones. Salimos edificados y los comentarios entre nosotros fueron sobre cómo quedamos edificados por su personalidad de hombre de Iglesia, hombre de corazón eclesial».

Herranz publicó en 2007 las memorias de sus años de servicio a san Juan XXIII, san Pablo VI, Juan Pablo I y san Juan Pablo II bajo el título En las afueras de Jericó.

Ahora, en Dos Papas (Rialp), añade las correspondientes a Benedicto XVI y Francisco. Según José Luis Restán, «en las páginas de este libro recuperamos los eventos principales de los últimos decenios de historia de la Iglesia con rigor, con transparencia, con dolor y con amor».