Cardenal Anders Arborelius, OCD: «En algunas parroquias hay un buen número de conversos» - Alfa y Omega

Cardenal Anders Arborelius, OCD: «En algunas parroquias hay un buen número de conversos»

María Martínez López
Misa con la comunidad ucraniana en una iglesia prestada por los luteranos. Foto: Arzobispado de Estocolmo.

Hace casi 25 años, Juan Pablo II eligió a un fraile carmelita, nacido en una familia luterana no practicante, para que se convirtiera en el primer obispo de Estocolmo de origen sueco desde la Reforma protestante. Desde entonces, está al frente de las 44 parroquias de Suecia, que atienden a una pequeña minoría formada por inmigrantes y refugiados de decenas de países.

Como bastantes otros católicos escandinavos, usted es un converso.
He creído en Dios toda mi vida, pero nunca fui activo en la Iglesia luterana. Mi madre, con la que rezaba cada noche, siempre hablaba del buen Dios, así que confiaba en su amor y cuidado. Mi primer contacto con la Iglesia católica fue con las hermanas de Santa Brígida. Su tierno cuidado y su bondad siempre me impactaron. Me inspiraron a buscar la verdad en la fe católica. Cuando terminé el instituto participé durante año y medio en un curso para conversos que me ayudó a reconocer cómo la fe católica podía transmitir la integridad del mensaje y la verdad de Cristo.

¿Ocupan un lugar relevante los conversos desde el luteranismo o el ateísmo dentro de la Iglesia en Suecia?
En algunas parroquias hay un buen número, especialmente en las ciudades universitarias. Normalmente son bastante activos y están comprometidos en sus comunidades. La mayoría tienen una buena formación. Algunos son intelectuales que han descubierto a Cristo y la Iglesia después de un largo período de estudio y reflexión. Pero en otras muchas parroquias apenas hay conversos u otro tipo de suecos.

¿Qué labor hace la Iglesia con ellos, tanto antes como durante y después de su conversión?
Unos han descubierto la tradición y la espiritualidad católica a través de la literatura. Algunos han hecho cursos, especialmente los que ofertan los jesuitas. Otros han pasado tiempo en monasterios y centros de retiro. La presencia de los sacerdotes religiosos y de hermanas es importante para muchos. Gracias a ellos reciben guía y formación espiritual.

La vida contemplativa de un carmelita descalzo puede ser chocante incluso para los católicos. ¿Cómo la percibió usted cuando ingresó en el Carmelo al poco de convertirse?
Antes de entrar en el Carmelo pensaba que tenía vocación de sacerdote diocesano. Incluso había pedido al obispo que me permitiera empezar el seminario un año después de mi conversión. Pero me dijo que esperara, algo por supuesto muy sabio aunque entonces me sintiera un poco frustrado. Después descubrí el Carmelo. La primera impresión me llegó leyendo la autobiografía de santa Teresa de Lisieux, Historia de un alma. Su deseo de vivir en el corazón de la Iglesia a través de la oración constante y ayudar al Señor en su labor de redención me inspiraron para entrar en el Carmelo. Me llevó un tiempo acostumbrarme a la vida tranquila y en silencio, pero después encontré paz y alegría en esta vida escondida en la presencia de Dios.

Hace 25 años el Papa lo eligió como primer obispo de Estocolmo y dejó su convento para pastorear un país entero. ¿Cómo recibió el nombramiento?
Estaba en Filipinas predicando un retiro cuando me dijeron que volviera para hablar con el nuncio. Antes de entrar en el Carmelo pensaba que tenía vocación de sacerdote diocesano. Incluso había pedido al obispo que me permitiera empezar el seminario un año después de mi conversión. Pero me dijo que esperara, algo por supuesto muy sabio aunque entonces me sintiera un poco frustrado. Después descubrí el Carmelo. La primera impresión me llegó leyendo la autobiografía de santa Teresa de Lisieux, ‘Historia de un alma’. Su deseo de vivir en el corazón de la Iglesia a través de la oración constante y ayudar al Señor en su labor de redención me inspiraron para entrar en el Carmelo. Me llevó un tiempo acostumbrarme a la vida tranquila y en silencio, pero después encontré paz y alegría en esta vida escondida en la presencia de Dios. Nunca había sido superior ni tenía idea sobre administración. Acababa de predicar sobre cómo nuestra Señora aceptó la llamada de Dios y sentí que tenía que aceptar la mía. La preparación espiritual de 27 años de vida contemplativa ha sido muy útil. Cada noche puedo poner los problemas y desafíos en manos del Señor.

Suecia
Población:

10,5 millones

Religión:

Protestantes, 58,5 %; no creyentes, 36 %, y católicos, 1,2 %

Pertenece al Dicasterio para las Iglesias Orientales. ¿Qué aporta en este ámbito la experiencia de Suecia?
Hemos acogido a muchos católicos orientales y ortodoxos de Oriente Medio. Su presencia es muy importante y ha inspirado a los cristianos nativos de muchas formas. Su piedad y fidelidad es un testimonio maravilloso en un ambiente tan materialista e individualista.

También es miembro del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. A veces da la impresión de que buscar la unidad con las comunidades nacidas de la Reforma exige que la Iglesia cambie su doctrina. ¿Lo ve así desde su país?
Es verdad que algunas cuestiones morales pueden generar divisiones. Con todo, en nuestra situación, como pequeña minoría sin influencia, en cierto sentido es más fácil mantener nuestra identidad moral y espiritual Su presencia es muy importante y ha inspirado a los cristianos nativos de muchas formas.

También se piden cambios en la doctrina y la estructura para prevenir los abusos. Usted fue visitador en la diócesis alemana de Colonia. ¿Influyó en cómo percibe esta preocupante cuestión?
La prevención de los abusos es extremadamente importante, pero en mi opinión no tiene nada que ver con cambiar la doctrina moral. Es más bien cuestión de tomarnos nuestras obligaciones morales más en serio y ayudar a la gente espiritual y psicológicamente para que puedan lidiar con su vida de forma adecuada. No estoy autorizado para contar mucho sobre mi labor en Colonia. Con todo, fue una experiencia interesante que me permitió ver lo importante que es establecer un diálogo verdadero y una comprensión mutua entre todos en la Iglesia.

Su contribución ha sido reconocida por el Gobierno de Suecia, que lo nombró caballero de la Orden de los Serafines, y por el Papa Francisco, que lo considera un modelo de cómo predicar el Evangelio en una sociedad no religiosa. ¿Cuál es su secreto?
No hay una receta milagrosa. Pero si confiamos más en Dios que en nosotros mismos y en el mundo, siempre podemos colaborar para que la gente vea que Dios no está lejos. Si creemos en su presencia constante, podemos ayudar a la gente a darse cuenta de que siempre hay esperanza. Nunca deberíamos tener miedo de hablar de la verdad, pero siempre de forma muy humilde.

¿Qué buscará cuando llegue el momento de elegir a un nuevo Papa?
Buscaré rastros de Jesús en él.