Brillar, rezar, marcar la diferencia - Alfa y Omega

Brillar, rezar, marcar la diferencia

Maica Rivera
Detalle de la portada del libro

Hemos entrado en el nuevo año con Stephen King en los puestos más altos de las listas de ventas de nuestro país. Holly, que brilló (literalmente) estas navidades con una edición limitada que resplandecía en la oscuridad, mantiene la chispeante visibilidad en librerías. Merece la pena su lectura, merece la pena superar la dureza visceral (literalmente, una vez más) de las primeras 30 páginas para redescubrir al rey del terror, que ahora extiende su reinado al de la novela negra. Recupera para ello a un personaje muy querido del que confiesa estar enamorado: Holly Gibney, la detective privada que, por primera vez, protagoniza una novela en solitario. King confiesa, en una nota del autor final, que le hizo escribir este libro el impulso de recrear una escena de arranque que tenía muy clara en su cabeza: la protagonista asistiendo por Zoom al entierro de su madre, ferviente trumpista y activista antivacunas que ha fallecido por coronavirus. Ese verano de 2021, de plena pandemia mundial, será también el de la investigación local en un pueblo del Medio Oeste por parte de la agencia Finders Keepers de la desaparición de la joven auxiliar de biblioteca Bonnie Rae Dahl, con un desarrollo intercalado en la narración por algunos flashbacks desde 2012. A poca distancia del lugar en el que la muchacha fue vista por última vez se viene gestando la cara B del relato, en la más oscura clandestinidad, desde hace una década. Es ahí donde viven los profesores Rodney y Emily Harris. Presentados con la apariencia de la respetabilidad burguesa, son un matrimonio octogenario de académicos prácticamente jubilados de los que nadie diría que esconden un secreto relacionado con la desaparición de Bonnie, y otras tantas de la barriada, en el macabro sótano de su casa.

El pasaje más duro acontece al final. «Misión cumplida», dirá la buena inspectora Izzy Jaynes. Bajaremos hasta la primera planta del Kiner Memorial Hospital para encontrárnosla en el banco de la primera fila de la capilla, con la mirada triste, los ojos enrojecidos e hinchados, sosteniendo un rosario relajadamente en una mano. Es el momento de dar carpetazo a la pesadilla, y en este punto confirmará lo que ya intuimos: que ha tenido que asumir el durísimo trabajo —del que no debería haberse ocupado— de trasladar los detalles más tremendos de la resolución del misterio de los asesinatos en serie a la madre de la última víctima antes de que pueda enterarse de ellos por la prensa, la revista sensacionalista Inside View. Los eufemismos no le han servido para anunciar tanta maldad y se ha quedado profundamente afectada, incluso traumatizada, tras haberse encargado personalmente de ello a pesar de haber contado con la ayuda de la psicóloga del Departamento de Policía para afrontar la situación.

¿Alguien dudaba de que King está en plena forma? Las 600 páginas pueden leerse de un tirón. Cuentan horrores. Pero, por otro lado, con breves y certeras estocadas, para que asome un poquito el alma, abren heridas: personales, como son el duelo por la pérdida repentina de un familiar con el que se ha mantenido una relación difícil o el drama del alcoholismo en un hogar desfavorecido; y sociales, como el racismo.

Al término de las duras jornadas de trabajo, leemos que Holly reza de rodillas junto a la cama para dar gracias por los amigos. También eleva sus plegarias al final de varios capítulos: «Ayúdame, Señor, a hacerlo lo mejor posible por Penny Dahl y su hija. Si alguien ha secuestrado a esa joven, espero que siga viva y que sea tu voluntad que la encuentre». Pide a Dios «cualquier ayuda que pueda ofrecerle en el caso». Todo esto marca la diferencia: cómo Holly verbaliza la esperanza.

Holly
Autor:

Stephen King

Editorial:

Plaza & Janés

Año de publicación:

2023

Páginas:

624

Precio:

22,71 €

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