Boom de migrantes en un limbo legal - Alfa y Omega

Boom de migrantes en un limbo legal

Cáritas Diocesana de Oviedo atiende a 1.000 hogares formados por migrantes, muchos de ellos con permiso de residencia y no de trabajo

José Calderero de Aldecoa
Además de recibir ayuda de Cáritas, Herrera (sombrero naranja) ejerce de voluntario en el proyecto de la Bioescuela de Valliniello. Foto: Cáritas Diocesana de Oviedo

Juan Andrés Herrera es venezolano, tiene 32 años recién cumplidos y un extenso currículum. «Soy ingeniero agrónomo, técnico de alimentos y especialista en estandarización de productos e innovación», detalla en conversación con Alfa y Omega. Además, tiene experiencia en dirección empresarial, pero «tuve que cerrar el negocio contra mi voluntad», desliza sin querer entrar en más detalles para evitar problemas.

A pesar de toda su formación, no puede trabajar legalmente. De hecho, se encuentra en el famoso limbo legal al que se enfrentan muchos de los solicitantes de protección internacional que recalan en nuestro país. Tiene permiso de residencia pero no de trabajo.

—Entonces, ¿cómo te las apañas para comer?

—Buena pregunta. Es lo mismo que nos planteamos a diario todos los que estamos en mi situación. La única opción legal es depender de las distintas organizaciones. A mí me ha apoyado enormemente Cáritas.

16.227 personas acompañadas en Cáritas Asturias por 1.751 voluntarios y 88 profesionales

5.202 hogares atendidos. Las principales necesidades son de alimentación, de vivienda y de salud

6.512.773 euros invertidos para toda la acción de Cáritas Asturias. La mitad proceden de fondos propios

Aluvión de peticiones de ayuda

La historia de Juan Andrés Herrera, paradigmática de la situación que viven miles de migrantes que llegan a nuestro país, es sin embargo una rara avis en Asturias. «Aquí siempre han llegado solicitantes de asilo, pero su número era más bien escaso y organizaciones como Cruz Roja o Accem podían asumir la acogida a este grupo de personas», asegura Bárbara Fernández Banco, trabajadora social de Cáritas Diocesana de Oviedo y responsable del Departamento de Inmigración y Refugio.

Pero desde hace dos años el número empezó a crecer y, en la actualidad, más de 1.000 hogares atendidos por la organización caritativa de la Iglesia, según se detalla en su última memoria de actividades, están formados por personas migrantes, en su mayoría venezolanos o colombianos solicitantes de protección internacional.

«Nunca antes se habían advertido estas cifras», asegura Fernández Banco. La responsable de Inmigración de la Cáritas ovetense achaca este aumento a la creciente inestabilidad internacional en los países de origen y al colapso en el sistema de asilo español. «El sistema no está preparado para que hubiera tantas personas solicitantes de protección internacional» y, ante la demora en los procesos, ha provocado una dispersión geográfica de los migrantes que tratan de buscarse la vida en otras zonas de nuestro país.