Carlo Acutis: la Iglesia ya tiene a su beato millennial
La basílica de San Francisco de Asís acogió este sábado la ceremonia de beatificación del joven italiano
El rostro de un muchacho de 15 años, con un jersey rojo y una mochila blanca, preside desde el sábado el altar mayor de la basílica de San Francisco en Asís, donde se ha celebrado la beatificación del patrono de Internet o el influencer de Dios, como le llaman personas de todo el mundo, informa ABC. Es Carlo Acutis.
La devoción popular a este chico –que se fue al cielo de repente, con su ropa deportiva, sus vaqueros y sus playeras– se ha extendido entre adolescentes de docenas de países, moviéndose por centenares de webs como las que él creaba y docenas de universidades como las que han expuesto su selección de milagros eucarísticos. Ahora le están descubriendo los mayores.
Los amigos de Carlo Acutis le consideran «el primer santo del siglo XXI» y el primero de los millennials pues su vida se desarrollaba entre el ordenador, los videos y la escuela por un lado, los partidos de fútbol y las excursiones a la montaña en el centro, y la ayuda a los pobres y los inmigrantes como tercera actividad.
Todo eso, alternado con la pasión por difundir el Evangelio en la web, la asistencia a misa cada día desde su primera comunión, los ratos largos de oración ante el sagrario y un raudal de pensamiento espiritual propio de una persona mucho mayor. En su último año de vida estudiaba español e incluso viajó a Granada.
Su fiesta, el 12 de octubre
Era ya un «ciudadano del mundo», pues nació en Londres, creció en Milán, y tenía ganas de descubrir el planeta cuando una leucemia fulminante se lo llevó a la tumba en cuatro días. Ahora recorre el mundo gracias a una devoción popular que ha permitido su beatificación en solo 14 años, tras la curación extraordinaria de un niño brasileño de seis años con una grave enfermedad de páncreas. Su fiesta es el 12 de octubre, aniversario de su fallecimiento en 2006.
El cardenal Agostino Vallini, que recibió de los padres el relicario con el corazón del muchacho, ha manifestado que «Carlo sentía una fuerte necesidad de ayudar a las personas a descubrir que Dios está cerca de nosotros y que es hermoso estar con Él».
Ha subrayado que el nuevo beato «sabía utilizar muy bien los medios modernos de comunicación social, especialmente Internet, que consideraba un regalo de Dios y una herramienta importante para encontrar personas y difundir los valores cristianos».