Así nos engañan - Alfa y Omega

Así nos engañan

La exposición Fake news. La fábrica de mentiras, hasta noviembre en la Fundación Telefónica de Madrid, ayuda a conocer y combatir los tradicionales bulos o los modernos deepfakes

Ricardo Ruiz de la Serna
Panel que explica los factores que hacen que nos creamos noticias que son falsas. Foto: Fundación Telefónica.

El Espacio Fundación Telefónica acoge, hasta el 19 de noviembre —cerrado por obras entre el 1 y el 15 de agosto—, la exposición Fake news. La fábrica de mentiras. Comisariada por Mario Tascón y la Fundación Telefónica, con la colaboración de la Biblioteca Nacional de España, la Universidad CEU San Pablo y la Fundación Maldita.es, se trata de un recorrido por el fenómeno de las noticias falsas desde la antigüedad hasta nuestros días mediante la combinación de alrededor de 120 piezas, algunas de ellas de creadores como los colectivos Domestic Data Streamers, Tactical Tech y The Yes Men, así como de artistas como Joan Fontcuberta, Jonas Bendiksen y Hao Li. Todo se complementa con paneles interactivos, pantallas, vídeos y archivos sonoros.

A partir de la escalera que conduce desde la descontextualización hasta los llamados deepfakes vemos una gradación que pasa por la propaganda, la desinformación y las noticias falsas, «información que se presenta como verdadera, pero que no lo es». La muestra nos advierte de los engaños del cerebro, es decir, los sesgos como el de confirmación, el de autoridad, el de anclaje, el efecto arrastre, el heurístico de disponibilidad, el efecto en tercera persona, el efecto marco, el falso consenso, la influencia continuada, el favoritismo de endogrupo, la verdad ilusoria y el efecto halo. A la vista de todos estos sesgos es inevitable pensar en acciones de manipulación que habitualmente sufrimos, como la presentación de falsos consensos en torno a la aceptación del aborto o la eutanasia, en cuya defensa nunca faltan ni referencias a pretendidas autoridades sanitarias ni otras de las técnicas conocidas de manipulación que la exposición recoge.

Desde Roma hasta nuestros días, esta muestra es generosa en los ejemplos de mentiras, embustes y trolas que se han hecho pasar por ciertas. Los seguidores de Trajano construyeron la fama del conquistador de la Dacia a costa de Domiciano. De Claudio se nos cuenta que, a veces, prefería hacerse pasar por tonto para «mantenerse seguro entre las sombras», pero era lo bastante astuto para fingir su secuestro a manos de los pretorianos y «verse obligado» a aceptar el trono imperial.

La muestra aborda la revisión del fenómeno de las fake news. Foto: Fundación Telefónica.

La época contemporánea está representada en multitud de ejemplos, entre los que destaca la gran farsa radiofónica que fue La guerra de los mundos de Orson Welles (1938), que el visitante puede escuchar en la voz del propio director de cine. La exposición acoge Sputnik, la obra de Joan Fontcuberta que muestra un juego entre la verdad y la mentira en torno al caso del supuesto coronel Ivan Istochnikov, cuya desaparición en plena carrera espacial entre EE. UU. y la URSS en 1968 provocó que fuera borrado de la historia por las autoridades soviéticas.

El final del recorrido es un laboratorio de deepfakes en el que el visitante puede ver cómo se manipulan los vídeos y las voces y aprende a distinguirlos por ciertos rasgos —por ejemplo, los bordes de las imágenes—. Gracias a Hao Li, desarrollador de estos vídeos falsos, encontramos un deepfake capaz de reconocer el rostro del visitante e intercambiarlo por el de un famoso en tiempo real.

Es inevitable pensar en cuántas ocasiones la información sobre la Iglesia y sobre los católicos se somete a las técnicas de manipulación que aquí encontramos explicadas. Se trata de la damnatio memoriae Eccleasiae.

Con Fake News. La fábrica de mentiras los comisarios nos invitan a «comprender la complejidad del fenómeno con el objetivo de identificar distintos tipos de desinformación, aprender a reconocerlos y combatir su difusión». Sin duda lo consiguen, pero no sin añadir cierto temor por la deriva totalitaria del progreso tecnológico despojado de Dios. Mientras vuelvo al tráfago de la calle Fuencarral, me vienen a la memoria aquellas palabras de Juan Pablo II: «El hombre puede construir un mundo sin Dios, pero este mundo acabará por volverse contra el hombre».

Fake news. La fábrica de las mentiras. Hasta el 19 de noviembre en Fuencarral, 3 (Madrid). De martes a domingo. Entrada gratuita. Más información en: fundaciontelefonica.com.

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