Así lo vivieron los jóvenes. La alegría de la JMJ recorre Roma - Alfa y Omega

Así lo vivieron los jóvenes. La alegría de la JMJ recorre Roma

Enrique García Romero
Durante la Misa del lunes 2 de abril, en el altar de la Cátedra de San Pedro, de la Basílica Vaticana. Foto: Hanna Grabowska.

Han sido unos días muy intensos junto al Papa, acompañados por el cardenal arzobispo de Madrid. Beatriz y Ana tienen 15 años, y han viajado a Roma con un grupo de 22 chicas de la Milicia de Santa María. Han pasado unos días llenos de alegría. Ana define la peregrinación como «un regalazo que me va a ayudar mucho. Ha sido una manera muy buena de vivir el final de la Cuaresma y el inicio de la Semana Santa. He interiorizado algo muy importante: ¡Jesús murió por nosotros! Y eso me ha llevado a plantearme: ¿qué voy a hacer yo por Él?».

Ana ha leído el mensaje del Papa para la JMJ, y resalta la importancia de la alegría que propone Benedicto XVI: «Creo que la alegría cristiana, que no es superficial, es lo que más llama la atención a los jóvenes». Beatriz destaca la «mirada del Papa a los jóvenes. Me ha impresionado su mirada, que es la mirada del Vicario de Cristo».

Los principales actos de la peregrinación a Roma han sido la audiencia con el Santo Padre en el Aula Pablo VI, el lunes; la Misa del Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro; y las Misas con el cardenal Rouco, en la basílica de San Lorenzo in Damaso, de la que es titular, y en el altar de la Cátedra de San Pedro, en la Basílica Vaticana.

El lunes, en la basílica de San Pedro, concelebraron con el cardenal Rouco el obispo de Getafe; los tres obispos auxiliares de Madrid y el obispo de San Sebastián y responsable del Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal Española. El cardenal Rouco hizo una mención especial a Juan Pablo II, de cuya muerte se cumplía el séptimo aniversario: «Damos gracias a Dios por su pontificado y nos encomendamos a él». Precisamente, la capilla donde están los restos del beato, en la basílica de San Pedro, estaba a rebosar de jóvenes rezando, algunos con la camiseta verde de voluntarios de la JMJ.

El arzobispo de Madrid ha subrayado que la peregrinación tenía como objetivo agradecer al Papa «esa gracia tan grande de la JMJ, que se derramó sobre los jóvenes del mundo». Y también ha puesto en el centro el mensaje de Benedicto XVI en Cuatro Vientos, que «no se puede separar a Cristo de la Iglesia», explicando que, «si se pierde la fe en la Iglesia, se acaba perdiendo la fe en Cristo», por lo que es capital vivir la fe «en la Iglesia, esposa de Cristo; y quererla como la familia de los hijos de Dios».

Entre los peregrinos, destacó la participación del Seminario Conciliar de Madrid al completo: los alumnos y sus formadores. Entre ellos, estaban Jaime, Jorge y Marcos, que cursan su quinto año en el Seminario. Marcos dice que «el Papa necesita mucho apoyo. Es muy bonito ver que estamos con él. El cariño del Papa a España y a los jóvenes es muy grande. Tenemos que corresponder; por eso estamos en Roma». Jorge considera muy significativo que «vayamos a Roma todos los seminaristas. Muchos jóvenes no han podido venir por la crisis económica, y nosotros les vamos a representar en nuestro agradecimiento al Papa».

Durante la JMJ, Jorge se encargó de llevar en furgoneta el material para las misas, desde Cuatro Vientos a cada lugar donde hubiera misas o catequesis: «No pude convivir con los peregrinos, pero me ayudó a ver mi vida como un servicio entregado, en la disponibilidad más plena».

Para Jaime, la JMJ supuso una «experiencia de Iglesia y de comunidad increíble». Acompañó como formador a los alumnos del Seminario Menor de Madrid, y pudo comprobar «cómo el Señor se hizo presente en la vida de los chicos durante esos días». También le encantó «ver mi ciudad llena de la alegría del Señor». Ahora, en Roma, ha podido revivir esa alegría profunda.