Así comienza el año en el Vaticano: Maradona y la vacuna contra la COVID

¿Qué hizo el Papa cuando falleció Maradona el pasado 11 de noviembre? Rezó por él y le hizo llegar a su familia «un rosario y un mensaje de consuelo». Así lo ha explicado el propio Francisco en una entrevista publicada a principios de año por el diario italiano La Gazzeta dello Sport y su suplemento Sportweek, y recogida por Europa Press.

Durante la entrevista, el Pontífice describe a Maradona como «un poeta en el campo, un gran campeón que ha regalado alegría a millones de personas» y también como «un hombre muy frágil».

Asimismo, el Papa ha desvelado también detalles de su afición por el fútbol como por ejemplo que, cuando era joven, sus amigos le obligaban a jugar en la portería porque era un «pata-dura». «Para mí fue una escuela de vida, porque el portero debe estar dispuesto a afrontar problemas que llegan desde cualquier ángulo», ha explicado en su entrevista con Pier Bergonzi, director de la revista.

Conscientes de la responsabilidad

Pelé o Maradona, Cristiano o Messi. Más allá de los eternos debates del fútbol, Bergoglio ha admitido que admira a los deportistas que son «conscientes de la responsabilidad de su talento», pues «cuando un campeón olvida este aspecto, pierde la belleza de ser un campeón».

«Es triste ver a campeones riquísimos, pero sin ganas, casi burócratas de su deporte», ha reconocido. Y ha pedido que los deportistas «aprendan la virtud de la templanza, la capacidad de no perder el sentido de la mesura». «Así podrán testimoniar valores como la honestidad, juego limpio, dedicación», ha señalado finalmente.

Vacunación en el Vaticano

El Vaticano, por su parte, comienza el año con el inicio de la campaña de vacunación contra la COVID-19, que se espera para el próximo lunes 11 de enero. Así lo ha asegurado en un comunicado la Dirección de Salud e Higiene de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano.

Primero recibirán la inyección las personas «más expuestas al contagio» y los que lo hayan solicitado voluntariamente. Además, «se dará prioridad al personal de salud y y seguridad pública, a los ancianos y al personal que esté en contacto más frecuente con el público». Las dosis de la vacua, que actualmente se encuentran almacenadas en un refrigerador de temperatura ultra baja que se ha comprado específicamente para la ocasión, «serán administradas en el atrio del Aula Pablo VI, por personal médico y de enfermería cualificado», detallan desde la Dirección de Salud