Antiguo observador de la Santa Sede ante la ONU: «Las armas atómicas dejarían el planeta desierto»
Silvano Maria Tomasi ha pedido no olvidar países como Etiopía o Eritrea, donde fue nuncio. «Parece haber una categoría de países que importan y otros que no, pero los seres humanos importan por sí mismos»
«Las consecuencias del no desarme son tan peligrosas que tenemos la responsabilidad de ser conscientes sobre ellas», ha advertido en una entrevista con medios vaticanos el cardenal Silvano Maria Tomasi. El antiguo observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, de 2004 a 2016, ha recordado en su conversación que «la posibilidad de que se utilicen algunas armas atómicas», como ya ha amenazado Putin durante la invasión rusa de Ucrania, «dejaría este planeta desierto y no sabemos por cuánto tiempo».
A juicio del purpurado, para evitar el desastre «se impone una decisión moral». «Será absolutamente necesario prohibir todas las armas cuyos efectos desconocemos». Una decisión que se vería reforzada por los potenciales efectos «que ya conocemos y que confirman su naturaleza increíblemente peligrosa». Tomasi ha pedido además «crear una cultura colectiva, consciente de las dramáticas repercusiones de la guerra», para no llegar nunca a la utilización de bombas nucleares, pues «la violencia genera desastres en todas partes, pero la destrucción causada por las armas atómicas es peor».
A los más escépticos ante la conveniencia del desarme, el antiguo observador de la Santa Sede ante la ONU les ha pedido «pasar de una mentalidad de terror a una mentalidad de confianza». Y ha tomado como ejemplo los mensajes de Francisco tras el ángelus, quien le parece «la única voz razonable que se alza en este momento para abordar la cuestión». «Al poner de relieve las consecuencias de todas las decisiones políticas que eligen el camino de la guerra, el Papa está tratando de evitar que ocurra algo terrible», ha considerado.
Como posibles soluciones, ha propuesto «que la gente se siente alrededor de una mesa y dialogue, que utilice la estrategia de la diplomacia o el enfoque de sentido común del diálogo». Aunque pueda parecer ingenuo, Tomasi ha recalcado con pragmatismo la necesidad de dialogar, porque «todos los demás medios que se han utilizado han demostrado ser ineficaces, incluso más peligrosos de lo esperado».
«El mejor logro sería no olvidar»
El purpurado italiano ha subrayado que, tras la supervivencia del ser humano a dos guerras mundiales, «el mejor logro sería no olvidar» y no conformarse con el mantra de que «las víctimas están en el pasado». «Hoy, la brújula moral está rota», ha condenado, porque en los conflictos actuales «no se tiene en cuenta en absoluto el daño causado a las generaciones futuras».
Tomasi ha pedido también no olvidar países como Etiopía o Eritrea, de donde fue nombrado nuncio en 1996, antes de pasar a otros destinos. «Parece haber una categoría de países que importan y otros que no», ha lamentado, «pero los seres humanos importan por sí mismos, no importa de dónde vengan o dónde estén».