Ante todo, un Corazón
La diócesis de Getafe y las Administraciones local, autonómica y estatal han firmado un nuevo convenio sobre el Cerro de los Ángeles. El acuerdo subraya la finalidad ante todo religiosa del lugar. El Cerro es «un lugar con mucha vida», que brota de la devoción, «siempre actual», al Sagrado Corazón de Jesús
El Cerro de los Ángeles es, ante todo, un recinto religioso, y todas las actividades que se lleven a cabo en su entorno han de respetar este fin fundamental. Así se establece en el nuevo convenio, firmado la semana pasada durante un acto que tuvo lugar en el mismo Cerro, y en el que participaron el obispo de la diócesis, monseñor Joaquín María López de Andújar; el ministro del Interior, don Jorge Fernández Díaz; la presidenta de la Comunidad de Madrid, doña Esperanza Aguirre; la consejera de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, doña Ana Isabel Mariño; y el alcalde de Getafe, don Juan Soler.
El padre Javier Romera, vicario general moderador de Curia de la diócesis, explica que el nuevo acuerdo no es más que la renovación del firmado en 1981 por la archidiócesis de Madrid-Alcalá —que aún no se había desmembrado— y por el ayuntamiento de Getafe. Ese primer convenio reservaba la parte superior del Cerro para el culto religioso, y establecía que la zona inferior, que también pertenece a la Iglesia, se pudiera usar para otras actividades. De hecho, «la gente siempre lo había utilizado como parque», y, a raíz del convenio, el ayuntamiento construyó allí unas instalaciones lúdicas.
A la hora de renovar el convenio —subraya el padre Romera—, lo más importante para la diócesis era «poder garantizar el uso y disfrute del Cerro para las actividades religiosas». Esto incluye controlar las actividades que se realizan en el monte, tanto por respeto al lugar sagrado, como «para que lo puedan disfrutar las familias con niños». En este sentido, está previsto que se establezca un horario de cierre por la noche para toda la colina. En el nuevo convenio, se ha incorporado la diócesis de Getafe, erigida en 1991; el Ministerio del Interior, como responsable de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; y la Comunidad de Madrid, a la que corresponden, entre otras, las competencias de Medio Ambiente. El pinar que cubre la colina, que la Iglesia plantó poco a poco, tiene un gran valor medioambiental, que ha de ser protegido. El Ayuntamiento se seguirá haciendo cargo de la limpieza y el mantenimiento de los espacios deportivos.
Signo de vitalidad de la Iglesia
Durante los últimos años, el Cerro de los Ángeles ha vivido una importante mejora. Desde el año 2003, la Comunidad de Madrid ha renovado las infraestructuras de acceso y saneamiento, y ha repoblado parcialmente el pinar. Aparte de esto, en 2010 se restauró el monumento y el templo. La iniciativa surgió de las carmelitas que tienen allí su convento, y se financió gracias a los donativos. Don Javier destaca el apoyo de un nutrido grupo de fieles catalanes, entre los que se encontraban políticos como don Jorge Fernández Díaz, y algunos empresarios y expertos en restauración. Una vez finalizada la restauración, las carmelitas iniciaron una campaña de donativos para para iluminar el monumento por las noches. El padre Javier valora todo esto como «un signo de vitalidad de la Iglesia. El Cerro de los Ángeles es un lugar con mucha vida: el convento de las carmelitas, el Seminario diocesano, la ermita de la Virgen —que en 2011 celebró su Año Jubilar—, y el mismo templo del Sagrado Corazón, donde cada fin de semana se celebran varias bodas… La devoción al Sagrado Corazón siempre es actual, y yo la uno a la de la Divina Misericordia, una nueva expresión del amor misericordioso de Jesús, que conecta mucho con los anhelos del hombre. Hay que trabajar para que se siga extendiendo, porque a mucha gente le ayuda».