Andrés Garrigó: «Si a los convencidos no se les predica, se desconvencen»
Goya Producciones cumple 25 años haciendo cine católico. Su director, Andrés Garrigó, pide seguir «nutriendo con la fe a los que ya están dentro»
—Goya Producciones acaba de cumplir 25 años haciendo cine católico. ¿Cómo nació?
—Goya Producciones nació cuando regresé de pasar 30 años en Bruselas como corresponsal de ABC y La Vanguardia. Al regresar me ofrecieron un cargo de subdirector de Diario Económico, pero no vibraba con la bolsa. Pregunté a un amigo si había alguna obra para dar mi tiempo libre y me presentó al delegado de EWTN en España. Me dijo que si hacía algún programa de televisión les podía interesar y creamos una productora de cero, con muy poco, y gracias a amigos que me ayudaron. Este fue en el año 2000 y ahora cumplimos 25 años.
—¿Hay mucha presencia de católicos en el mundo de la cultura?
—En el mundo no sé si la hay, pero sí que hay pequeños núcleos, como decía Benedicto XVI, de minorías creativas que hacen todo lo que pueden con la ayuda de Dios. Lo que se hace con cariño se hace bien.

—¿Qué tienen que tener estas obras para ser indiscutiblemente católicas?
—Para ser católicas de verdad tienen que tener una intención por dar a conocer el Evangelio, el amor de Dios y que la gente tenga formación profesional en el campo que se requiere. Ya sea televisión, radio o prensa escrita.
Hace falta constancia, voluntad, no desanimarse y saber rodearse de personas que nos entiendan, que nos puedan ayudar y que no tengan miedo a qué dirá la cultura dominante, lo que se llama el mainstream.
—¿Qué obstáculos han encontrado para hacer cultura explícitamente católica?
—Hay obstáculos de todas clases. Hay obstáculos de dentro y de fuera. Los enemigos procuran silenciarte y no darte ninguna facilidad. Y los amigos a veces no entienden bien que no se trata de hacer lo que hace todo el mundo. A veces se nos quiere desanimar diciendo que no hay que predicar a los convencidos. Yo les contesto: «Si a los convencidos no se les predica, se desconvencen. Y por eso se vacían las iglesias», porque no se continúa nutriendo con la fe a los que ya están dentro.
Hay que cuidar a los corderos que están dentro del rebaño y después buscar a las ovejas perdidas. Esa es nuestra filosofía: dar las bondades que vienen de Dios, que son inmensas, sin hacer concesiones en los principios.
—¿También hay dificultades para conseguir subvenciones públicas?
—Un par de veces hemos tenido, pero es muy difícil porque ponen tales condiciones que muchas veces son inalcanzables. Nuestros apoyos son siempre desde instituciones privadas y el sistema de crowdfunding. Tenemos que recurrir al público en general. Lo logramos reuniendo muchos pocos. La providencia ayuda siempre y al final conseguimos sacar adelante los proyectos.

—¿Qué balance hacen de esta trayectoria?
—El balance es que, partiendo de muy poco, hemos conseguido llegar a millones de personas a través de la televisión y el cine. Hemos estado en más de 30 países estrenando algunas de nuestras producciones, entre ellos Estados Unidos en salas de cine.
Hemos conseguido conversiones y que la gente pueda acudir ahora a una fuente de producciones muy amplia para la catequesis. Muchas de nuestras obras están en Famiplay junto a la de otras productoras de origen cristiano.
—¿Hay sensibilidad hacia las producciones que hacen entre sus espectadores?
—A la gente, una vez lo conoce, le gusta. Funciona mucho el boca-oreja. Muchas de nuestras películas han estado en el top 10 en la mayoría de festivales católicos. También ganamos el Premio ¡Bravo! de la Conferencia Episcopal Española y el Mirabile Dictu, que es el Oscar católico. Hay buena recepción y la gente que nos conoce quiere saber cuál es el próximo proyecto.