25 años de cine religioso en la España del siglo XXI - Alfa y Omega

25 años de cine religioso en la España del siglo XXI

Desde el año 2000 hasta hoy han aparecido filmes confesionales nuevos y muy atractivos, en los que prima lo testimonial sobre lo doctrinal. Es decir, más que una intención de catequizar, existe un afán por mostrar formas de vida alternativas y diversas de una manera interesante

Javier Figuero Espadas
Una escena de la película 'Libres'
Una escena de la película Libres. Foto: libreslapelicula.com.

Juan Orellana, crítico de cine, profesor universitario y autor de varios libros sobre el séptimo arte, acaba de publicar un informe titulado Una mirada esperanzada. 25 años de cine religioso en España (Edice), en el que hace un recorrido por las películas y documentales de índole religiosa estrenados en España durante el primer cuarto de siglo. El autor, como experto en la materia, colaborador en varios medios —entre ellos Alfa y Omega—, y director del Departamento de Cine de la Conferencia Episcopal Española, conoce bien el tema.

Se trata de una publicación original, completa, muy interesante y amena de leer, que recoge información sobre 115 producciones cinematográficas estrenadas en salas en nuestro país a lo largo de 25 años. En este cuarto de siglo, 2002 fue el período más escaso en estrenos, con solo una película. 2023, en cambio, fue el más prolífico, con doce producciones nuevas, entre las que cabe destacar la gran sorpresa del año, Libres (Santos Blanco): de gran belleza estética, recorre, como cuenta la publicación, «distintos monasterios y conventos de España, masculinos y femeninos, ofreciendo testimonios que ayudaban a entender una vida que está en las antípodas de la que propone la mentalidad dominante», con un guion, fotografía y banda sonora dignas de mención. Se incluyen también en la relación de películas, y de forma excepcional, alguna serie o estreno en DVD o plataforma, por su singular interés. Es el caso de The Chosen (Dallas Jenkins, desde 2017 hasta la actualidad).

El prólogo, de José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena y presidente de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales, destaca cómo el cine se ha convertido desde sus inicios en un poderoso aliado de la creatividad humana más auténtica, de forma que los artistas descubrieron en el séptimo arte «un cauce nuevo para hacer visible la hondura de su corazón y de su espíritu, con sus grandezas y sus miserias», que efectivamente aparecen reflejadas en las producciones analizadas en la publicación.

Destaca Orellana que el cine que analiza en su estudio muestra ese sentido religioso del ser humano, que está en estrecha relación con las preguntas trascendentales que toda persona se hace: «La pregunta por el sentido, por lo que hay tras la muerte, el deseo de felicidad, de belleza, de paz, de verdad, de justicia, de pervivencia». De esta forma, y de la mano de algunas escenas emblemáticas del cine de Dreyer, Bergman y Chaplin, el autor explica que «por cine religioso vamos a entender cualquier película que, de alguna forma, plantee, custodie y tome en serio las grandes preguntas y el anhelo de significado del ser humano, así como la imposibilidad de reducir ambas cosas a cuestiones que se pueden alcanzar por la propia voluntad». Una aproximación interesante, inspirada en ese humanismo cristiano trascendente que busca el verdadero y profundo sentido en la vida de cualquier persona.

El informe se centra de forma especial en películas confesionales y resulta sugerente, porque este tipo de cine ha experimentado una llamativa evolución en la primera mitad del siglo XXI, apareciendo títulos que resultan muy atractivos «y con una fisionomía distinta a la del cine católico de mediados del siglo XX»; un cine confesional nuevo, en el que prima lo testimonial sobre lo doctrinal. Es decir, más que una intención de catequizar existe un interés por mostrar formas de vida alternativas y diversas de una manera atractiva. De hecho, algunas de estas películas fueron realizadas por directores que están alejados de la fe, como Philip Gröning, director de El gran silencio (2005) o Xavier Beauvois, que se encargó de la conmovedora película De dioses y hombres (2010).

Al abordar las breves críticas de las películas, se tienen en cuenta varios subgéneros. Empieza su análisis con el cine de lo sagrado (el que deja un espacio para el misterio, lo trascendente), continúa con el cine cristiano (católico, ortodoxo y evangélico), con apartados específicos para el testimonio de los santos en películas de ficción; el cine evangélico proveniente de Estados Unidos o el cine bíblico. Un interesante ámbito es el del testimonio cristiano a través del cine documental, donde sobresalen directores españoles como Juan Manuel Cotelo, Andrés Garrigó, Pablo Moreno, José María Zavala y Santos Blanco, entre otros.

Entre esas 115 producciones, encontrará el lector películas con hondura antropológica, religiosa y espiritual que quizá no haya visto; muchas están disponibles en plataformas en streaming, webs o DVD. Sin duda, una oferta de gran valor para quienes quieran ver un cine profundo y auténtico.