Albert Alberich: «Queremos superar la estigmatización que queda sobre la ropa usada»

Enhorabuena por el premio, ¿cómo lo reciben?
Para nosotros es un reconocimiento, pero no deja de ser un estímulo. Entendemos que es el camino que queremos seguir de buscar ese crecimiento del impacto social con la creación de puestos de trabajo para personas en riesgo de exclusión y al mismo tiempo buscar ese impacto de respeto al medio ambiente.

¿Qué importancia tiene el impulso de la economía circular actualmente?
En los últimos años creo que todos los ciudadanos nos hemos familiarizado con la economía circular. Creo que realmente ahora sí somos conscientes de la importancia que tiene en nuestras vidas; en el respeto del planeta y en ser conscientes de que no todo es infinito. Estamos en un momento en que la economía circular, de una manera u otra, forma parte del pensamiento de los españoles. Y para nosotros forma parte de esa guía de actuación, que es el respeto por el medio ambiente. Concretamente, en algo como la recepción y el tratamiento de la ropa usada. De alguna forma es nuestra aportación a esa economía circular.

¿Cree que hay suficiente conciencia social sobre este tipo de economía y la moda sostenible?
Creo que estamos avanzando, pero nos queda mucho por recorrer. En el tema de la moda diría que cada vez hay más conciencia de que se están llevando cientos de miles de toneladas de prendas cada año a los vertederos y no tienen tratamiento. Nosotros también tenemos el foco puesto en superar la estigmatización que todavía queda sobre el uso de ropa usada. Estamos intentando llegar al público joven, que también es sensible a esto, pero sí que nos encontramos muchas veces con esa barrera de «la ropa usada es cosa de pobres» o de pensar que no forma parte de mí esa posibilidad de ser usuario.

Ahí es un campo de batalla en el que, a través de la sensibilización, charlas, trabajo en escuelas y universidades, también intentamos ayudar a la desestigmatización. Porque ir a una tienda Moda re- es una alternativa perfecta ya que, además de poder encontrar ropa que te quede bien y que sea económica, tienes ese doble impacto: el cuidado del medio ambiente evitando desbaratar recursos naturales en forma de cultivos de algodón y pesticidas; y que además estás dando una oportunidad a toda la cadena de personas que trabajan para que esas prendas puedan llegar a la tienda en perfectas condiciones.

Además hablamos de un sector, el textil, que es uno de los más contaminantes del mundo.
Sí, no solamente hablamos del impacto del fenómeno de la moda rápida, la fast fashion, sino que incluso ahora es la ultra fast fashion, todavía más agresiva: ventas online y ofertas constantes a precios que evidentemente son imposibles que se puedan dar en una economía normalizada y con condiciones de trabajo dignas. Esa es la gran batalla en la que tenemos que estar. Pero yo creo que la sociedad, gracias a la labor de los medios de comunicación, cada vez es más consciente de los impactos que tiene esa compra desenfrenada y muchas veces sin lógica. Nosotros vemos que muchísima ropa que recogemos está en perfectísimo estado de uso, incluso se depositan prendas que no han llegado a ser estrenadas; es decir, que han sido fruto de una compra compulsiva o de un regalo no afortunado.

Cada vez hay más marcas de ropa que se suman al reciclaje de las prendas. ¿Se está haciendo de una manera adecuada?
En nuestras plantas de tratamiento, cuando clasificamos la ropa hay una fracción que es la ropa que llamamos reutilizable y que es la que puede alimentar nuestras tiendas o que exportamos a otros países. Esa es la más grande, con más del 50 % del total que recogemos. Después hay una parte de más del 30 % que es esa ropa que ya no tiene la dignidad de volver a ser usada porque tiene un desgaste excesivo, manchas muy complicadas, agujeritos… a esa ropa la llamamos reciclable. Hasta hace poco más de dos o tres años, esa ropa se acababa exportando a países donde lo convertían en aislamientos acústicos, térmicos o del mundo de la automoción como alfombrillas. Y gracias a una pequeña revolución impulsada por la Unión Europea y por los propios fabricantes ahora se convierte ese producto en una nueva materia prima para precisamente poder volver a fabricar, por ejemplo, fibras con las que se puedan hacer nuevas camisas. Es un claro ejemplo de economía circular que hemos vivido en nuestras plantas de tratamiento.

Han puesto en marcha la primera tienda itinerante de moda responsable, eventos de moda sostenible, reciclaje creativo… ¿Qué acogida e impacto están teniendo todas estas iniciativas en España?
La verdad es que estamos muy satisfechos por la acogida. Es un proyecto que nace de Cáritas y, por tanto, creo que nadie duda de su impacto social. Lo que muchas veces sí sorprende a nuestros interlocutores es el impacto medioambiental, que además encaja perfectamente con la encíclica Laudato si y con toda nuestra historia reciente.

Incluso ese impacto de sensibilización es sobre el que muchas veces encontramos que las administraciones o los mismos ciudadanos quedan sorprendidos, del impacto que están teniendo las actividades de Moda re-. Por ejemplo, nosotros lanzamos en marzo de este año con Cáritas Diocesana de Coria-Cáceres el proyecto de Moda re- en Ruta, que ha tenido una acogida magnífica y estamos ya en la fase de réplica. Ya se ha puesto también en marcha en Mallorca y muy pronto también en Barcelona y en Guadalajara. En estos sitios no solo hacemos posible la compra de ropa de segunda mano, sino que además ayudamos a la sensibilización entrando en esa economía circular y siendo un proyecto que puedes tocar y ver. Además, permite la creación de puestos de trabajo para personas en riesgo de exclusión, que es el objetivo fundamental de Moda re-.