Aisha. Buenos corazones en un mundo malo - Alfa y Omega

Aisha. Buenos corazones en un mundo malo

Juan Orellana
Conor (Josh O’Connor) es el gran apoyo de Aisha (Letitia Wright). Foto: Inopia Films.

La inmigración es uno de los grandes temas del cine contemporáneo y, especialmente, el cine europeo nos ha dejado grandes títulos en los últimos años. Pero si suele ser Francia la habitual proveedora de este tipo de películas, es Irlanda la que, en esta ocasión, nos ofrece la dura historia de Aisha Osagie.

Aisha (Letitia Wright) es una joven nigeriana que ha tenido que salir de su país huyendo de unos mafiosos que han matado a su padre y a su hermano y que ahora buscan a ella y a su madre. La madre se ha escondido en la otra punta del país y Aisha ha conseguido llegar a Irlanda, donde ha pedido asilo. Mientras se estudia su expediente, ella vive en un centro de refugiados y trabaja en una peluquería, lo que le permite enviar algo de dinero a su madre. Pero su vida no es nada fácil, ya que los funcionarios del centro le hacen la vida imposible. La excepción es Conor (Josh O’Connor), un guardia de seguridad, que, tras un pasado muy oscuro, se ha convertido en una buena persona. A medida que se le van cerrando las puertas a Aisha, ella se va dando cuenta de que a lo mejor Conor es lo único bueno que le queda en la vida.

Película dura, que hace sufrir al espectador a medida que comprueba que las cosas siempre pueden ir a peor. Sin embargo, el director y guionista Frank Berry tiene la inteligencia de introducir un personaje puro y bueno que de alguna manera exorciza todo el mal que rodea a Aisha. En cierto modo, aunque el argumento no tiene nada que ver, recuerda a Once (J. Carney, 2007), aquella película también irlandesa en la que una inmigrante encontraba un buen hombre que se convertía en su ángel de la guarda. En ambas cintas se nos ofrecen dos personajes heridos, pero de mirada limpia, que no tratan de cambiar el mundo, sino de acompañarse para buscar juntos la felicidad. En Aisha, el grupo coral que forman los distintos refugiados que aparecen en el filme también suponen un reducto de solidaridad y de vínculos verdaderos.

Frank Berry tiene una corta filmografía, de dos títulos, pero de temática radicalmente social (I used to live here, Michael inside). En esta ocasión, dispara toda su artillería contra los procesos burocráticos de la administración, que obligan a vivir en ascuas durante tiempo indefinido a personas que lo han perdido todo y que solo desean una oportunidad para volver a empezar. La puesta en escena tiene fuerza, pero también hondura, en gran parte gracias a la interpretación convincente de Letitia Wright y de Josh O’Connor, que son capaces de transmitir el dolor intangible de un pasado no verbalizado. También merece resaltarse la música de Daragh O’Toole, muy acertada, y la fotografía precisa de Tom Comerford. Una película que, a pesar de sus denuncias de fondo, transpira autenticidad. Como el cine de los Dardenne y del mejor Ken Loach.

Aisha
Director:

Frank Berry

País:

Irlanda

Año:

2022

Género:

Drama

Público:

+16 años