Acusan a la inteligencia de Sri Lanka de complicidad con los atentados de 2019

Acusan a la inteligencia de Sri Lanka de complicidad con los atentados de 2019

El exportavoz de un grupo rebelde asegura que querían sembrar el caos para que la familia Rajapaksa volviera al poder. La Iglesia pide una investigación internacional

Redacción
Rueda de prensa atentados Sri Lanka
Rueda de prensa del cardenal Ranjith el día 6 de septiembre. Foto: AFP.

«A menos que se ponga en marcha una investigación transparente y sincera, no se dará verdad ni justicia a las víctimas» de los atentados de la Pascua de 2019 en Sri Lanka, aseguró el pasado miércoles el cardenal Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo. El Gobierno del país ha anunciado la creación de una comisión parlamentaria de investigación que aborde las acusaciones de complicidad de algunos funcionarios de inteligencia con los terroristas.

Estas afirmaciones se incluyen en un documental emitido por el canal de televisión británico Channel 4. En él un antiguo portavoz de un grupo escindido de los rebeldes Tigres Tamiles cuenta que en 2018 organizó una reunión entre extremistas inspirados en el ISIS y un alto cargo de los servicios de inteligencia, siguiendo instrucciones de su jefe de entonces, Sivanesathurai Chandrakanthan. El objetivo era idear un plan para crear inseguridad en el país y facilitar que el ya expresidente Gotabaya Rajapaksa ganara las elecciones.

Gotabaya Rajapaksa era por aquel entonces un alto funcionario del Ministerio de Defensa, además de hermano de Mahinda Rajapaksa, presidente hasta 2015. Según Maulana, Chandrakanthan había accedido a «utilizar» a los extremistas islámicos del grupo terrorista National Thowheed Jamath, en colaboración con determinados sectores de los servicios de inteligencia. Según estos últimos, «crear inseguridad y desestabilizar la nación era la única forma de devolver al poder a la familia Rajapaksa».

El objetivo del presunto plan se hizo realidad: Gotabaya Rajapaksa ascendió efectivamente al poder hasta que a mediados del año pasado se vio obligado a dimitir por las protestas sociales masivas a causa de la grave crisis económica que vive el país. Channel 4 ha informado de que Maulana también ha sido escuchado por investigadores de la ONU y por los servicios de inteligencia europeos acerca de sus acusaciones.

Comisiones sin seguimiento

En una rueda de prensa, el cardenal Ranjith recordó que ya ha habido comisiones parlamentarias y presidenciales para investigar los atentados, pero que hasta ahora las autoridades civiles no han hecho un seguimiento ni las han apoyado adecuadamente. La Iglesia católica del país «espera sinceramente que todas las demandas de justicia sean atendidas por el presidente y el Gobierno». Más aún, los fieles piden «una investigación internacional transparente para descubrir la verdad sobre el atentado».

«Las víctimas de los atentados de 2019 tienen derecho a la verdad y a la justicia. Es un llamamiento al que no podemos renunciar y en el que involucramos a las autoridades civiles y a las instituciones internacionales», ha afirmado este jueves a Fides el padre Nicholas Subasinghe, sacerdote que acompaña el camino de recuperación de las familias víctimas de esos ataques.

Los atentados del 21 de abril de 2019, Domingo de Pascua, los perpetraron terroristas suicidas contra tres iglesias —dos católicas y una protestante— y tres hoteles turísticos. Murieron 269 personas; entre ellas, 42 extranjeros de 14 países.

La mitad de la población es vulnerable

Aunque la verdad sobre los sucesos de 2019 es uno de los temas que nunca ha desaparecido de la agenda social y política, el principal asunto que toca hoy la vida nacional es el lento proceso de salida de la crisis económica que asoló Sri Lanka el año pasado. Según un reciente estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el 55,7 % de la población de Sri Lanka —más de doce millones de personas— se encuentra en condiciones de extrema fragilidad y vulnerabilidad, con picos de auténtica indigencia.

Muchas familias han reducido su consumo de alimentos y han retirado a sus hijos de la escuela para hacer frente al elevado coste de la vida. Un tercio de la población se ha endeudado para cubrir necesidades básicas como la alimentación, la atención médica y la educación. El documento llega tras un informe de UNICEF que indicaba altos niveles de desnutrición entre los niños de Sri Lanka en 2022.

En marzo de 2023, el gobierno de Colombo ha obtenido el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) a través de un paquete de 3.000 millones de dólares que se desembolsarán en cuatro años. Siguiendo sus indicaciones, el Gobierno ha empezado a conceder subsidios económicos a 1,5 millones de familias identificadas como necesitadas. Pero según algunas organizaciones de la sociedad civil, este programa de apoyo social es totalmente inadecuado porque hay muchas más familias necesitadas.