Abre en Ocaña una nueva capilla de adoración perpetua - Alfa y Omega

Abre en Ocaña una nueva capilla de adoración perpetua

«A veces hablamos mucho de Jesús pero nos falta el encuentro vivo con Él», dice el párroco de la localidad toledana, donde se ha abierto una nueva capilla de adoración 24 horas

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
La nueva capilla de adoración perpetua de Ocaña
La nueva capilla de adoración perpetua de Ocaña. Foto: Manuel Mellado. 

«Uno lleva ya algunos años de sacerdote y al final te das cuenta de que las cosas las tiene que hacer el Señor. Uno, por mucho que se empeñe, no puede con todo», afirma Manuel Mellado, párroco de Santa María de la Asunción, la parroquia de Ocaña que el pasado domingo inauguró una nueva capilla de adoración perpetua que se suma a las que ya están funcionando en España.

Este lugar ha sido tradicionalmente un enclave de mucha vida contemplativa, que se ha ido perdiendo poco a poco por la crisis de vocaciones en la vida religiosa. «Quizá esta iniciativa es una respuesta del Señor para tomar el relevo de estas comunidades a la hora de adorarle», dice Mellado. Por eso, aunque en la archidiócesis de Toledo ya funcionan varias de estas capillas en algunas localidades, «que haya muchas no quiere decir que no se puedan abrir más», considera.

Así, poco a poco, fue abriéndose paso en el párroco y en los fieles la posibilidad de sacar adelante esta iniciativa. Finalmente se concretó el domingo pasado en una celebración presidida por Ángel Rubio, obispo emérito de Segovia. En diciembre hubo una misión en las Misas de Ocaña y pueblos de alrededor dando a conocer el proyecto y ofreciendo a los fieles los turnos. En la actualidad ya están cubiertos casi todos. «Los que faltan los estamos cubriendo con voluntarios, y hay mucho compromiso. Hay personas de otros pueblos de la zona que tienen que hacer sus kilómetros para venir hasta aquí», confiesa el párroco.

En la actualidad hay 76capillas de adoración perpetua en España

La capilla ha tomado como lema la frase del Evangelio Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón. «Al final, el encuentro con el Señor es vital —reconoce Manuel Mellado—.  Hay que ir a Jesús para aprender de Él, y eso se hace estando a solas con Él y pasando tiempo ante Él. Es una necesidad. A veces hablamos mucho de Jesús pero nos falta el encuentro vivo con Él, y eso es la clave».

Además, «eso permite luego llevarlo a los demás», aunque sea simplemente pasando una hora a la semana en su presencia. «La realidad de muchas de nuestras parroquias es que están cerradas, o a lo mejor abres para la Misa y cierras después», señala el sacerdote. Por eso participar en una capilla de adoración perpetua «es la mejor manera de decir a cualquiera que a cualquier hora puede venir a estar con Jesús. Y eso es posible porque cada adorador hace posible que otros sean consolados y encuentren descanso en Cristo».