Teresa Martínez Espejo nos envía este poema que le ha escrito su marido, Lucrecio Serrano Pedroche. El próximo 3 de abril celebran 50 años de matrimonio, las bodas de oro.
La veo con sus dedos arrugados
cosiendo bolsas que almacenan vida,
me mira muchas veces y me dice:
Cuestión de tres, Contigo siempre en medio.
Su corazón le late corcovado
con ruidos que a Ti suenan cadenciosos.
No la dejes, Señor, te necesita.
Yo le respondo con silencios largos
y una lágrima enjuta y arrugada
se asoma a los hilillos de mis ojos.
Cuántas gracias, Señor, tengo que darte
por verte a Ti con ella, al lado justo
de mis dudas, mis tontos pensamientos.
Consérvala, Señor, la necesito.
Parece que fue ayer, y es que el camino
con ella se hace corto, como un paso.
Almacena la fe que a mí me falta,
me desquita las penas que me sobran.
Con ella en su sonrisa Tú apareces
alumbrando las sombras de mi casa.
Espéranos, Señor. Cuando Tú quieras.
Lucrecio Serrano Pedroche
Del poemario Contigo en el desván