No es verdad 910 - Alfa y Omega

El pastor que Puebla pintó, en el ABC del día de Nochebuena, haciéndose la foto con su móvil en el Portal de Belén, es toda una radiografía de la epidemia de esta sociedad actual de «islas humanas más ineducadamente interesadas en su telefonillo que en lo que tienen enfrente, aunque lo que tienen enfrente, en la mesa familiar, sean sus propios padres y abuelos», como, en su columna de ABC, ha denunciado maravillosamente Luis Ventoso. Un año más, ha pasado la celebración del Nacimiento del Señor, que eso y ninguna otra cosa es ni puede ser, ni tiene que ser la Navidad, y un año más, mucha gente humilde y sencilla, que lucha y sufre y se alegra cuando y como es debido, ha celebrado el nacimiento del Hijo de Dios que se hace uno de nosotros, por amor; pero sería curioso preguntar a otra mucha, mucha gente, que, en vez de ¡feliz Navidad!, dice ¡felices fiestas!, a qué fiestas se refiere y qué es lo que en realidad ha celebrado, porque ha habido, hay mucha celebración de una Navidad que no es verdad, empezando por el hecho de que los periódicos tengan que titular: Queda inaugurada la Navidad el día del sorteo de la lotería, cuando no un mes antes, al encenderse las llamadas luces…

El abogado señor Pérez-Orive ha escrito una tercera en ABC, titulada Historias de Navidad, en la que recuerda que el Niño que nació en la cueva de Belén, hace 2014 años, «no tuvo estudios, ni fue a la universidad, ni hizo un máster, ni tuvo secretaria o agente de prensa, ni manejó un ordenador, ni le entrevistaron nunca en televisión, y, sin embargo, su anuncio fue tan llamativo que, al pasar de los siglos, mantiene hoy plena actualidad. El impacto de su mensaje no lo lograrían todos los medios de comunicación de la tierra». Y Javier Gomá ha recordado la afirmación del novelista agnóstico Carlos Fuentes: «Busco en vano un personaje histórico más completo que Jesús».

Aprovechando, que es gerundio, etarras asesinos siguen siendo puestos en libertad antes de tiempo y su excarcelación es socialmente aceptada, como si tal cosa, al igual que socialmente aceptado es el crimen del aborto, lo cual va pudriendo y corrompiendo gradualmente a una sociedad cada vez más permeable a ir aceptando otras corrupciones, las que hagan falta…, sin que ningún Julián Marías de hoy –no lo hay, o si lo hay, está cobarde y miserablemente calladito– denuncie tales aceptaciones como lo más letal, grave, pernicioso y abyecto del siglo.

Aprovechando, que es gerundio, individuos como Arturo Mas, que hace mucho deberían estar donde están otros muchos, por mucho menos, siguen en el machito, chuleándose encima, y siguen cobrando del dinero de todos, que el socialdemócrata de pitiminí de Hacienda les da nadie sabe con qué derecho, mientras no falta quien compara, malamente, la cosa nada menos que con la parábola evangélica del hijo pródigo. La obvia diferencia está en que aquí no hay hijo pródigo que valga, porque no se ha arrepentido de nada de su mala vida pasada; y tampoco falta, en la tertulia correspondiente, quien aprovecha para confesar, con cierta arrogancia laica, que él nunca ha entendido la parábola evangélica del hijo pródigo, como si fuera para ser entendida, en vez de para ser vivida, sentida y amada. Hasta que no entienda que hay cosas que no son para entender, no habrá entendido ni podrá entender nada…

Este mundo está necesitado hasta los tuétanos de ternura y de misericordia, pero en muy pocos sitios hay más ternura y misericordia que en un villancico. Claro que no son cosas para entender… Mientras, los que jamás dejan de estar a lo suyo, es decir, a las consignas de las logias correspondientes, vuelven a las andadas reivindicativas sobre la gestión conjunta de la catedral de Córdoba, que fue mezquita mucho después de haber sido durante siglos templo católico, que es lo que sigue y tiene que seguir siendo desde que Fernando III el Santo echó de allí a los moros invasores; mientras, Sánchez y Rajoy siguen enfrentados, por no hablar de tantos otros –perdón…, y otras– y, por maravillosos discursos que haya, en esto, voluntaristas y buenistas. En esta España actual, en la que la justicia no es igual para todos y en la que hay pensiones millonarias blindadas, mientras el salario mínimo sube tres euros al mes y las pensiones el 0,25 %, ¿nadie es adversario de nadie? ¡Ojalá fuera verdad!, pero no, no es verdad.