Tras crear el Vaticano una diócesis, China reconoce a dos obispos clandestinos

Tras crear el Vaticano una diócesis, China reconoce a dos obispos clandestinos

José Ma Yan’en, hasta ahora obispo de una de las circunscripciones suprimidas, será el auxiliar de la nueva. También ha sido aceptado Agustín Cui Tai, perseguido durante 18 años

María Martínez López
Bandera de China en la plaza de San Pedro.
Bandera de China en la plaza de San Pedro. Foto: CNS.

Tras la erección anunciada el pasado miércoles de la diócesis de Zhangjiakou, en China, como era el deseo de las autoridades del país, la Santa Sede ha expresado este viernes su «satisfacción» ante el «paso relevante en el camino de comunión de la nueva diócesis» dado por estas poco después. Este viernes, han reconocido «a efectos civiles» a José Ma Yan’en como su obispo auxiliar, puesto para el que le designó el Papa León el 4 de septiembre.

Hasta entonces, Ma Yan’en era obispo de Xiwanzi, una de las dos diócesis que fueron suprimidas para integrar su territorio en la de Zhangjiakou. Se trataba de un obispo clandestino, no reconocido por el régimen. En la misma situación se encontraba Agustín Cui Tai, obispo emérito de Xuanhua, la otra diócesis extinta, cuya «dignidad episcopal» también ha aceptado Pekín. Según la nota del Vaticano, la decisión es «fruto del diálogo entre la Santa Sede y la autoridad china».

Su caso es significativo porque desde 2007 ha sufrido 18 años de persecución, con periodos de detención sin acusación ni juicio apenas ininterrumpidos. Ahora con 73 años, Benedicto XVI lo había nombrado como auxiliar de Xuanhua. Al año siguiente fue ordenado coadjutor y acto seguido recibió plena autoridad para dirigir la diócesis de manos de Tomás Zhao Kexun, casi nonagenario. En 2018 se convirtió en el ordinario al morir Zhao.

El futuro de ambos prelados era una de las incógnitas que quedaban sin resolver tras el anuncio del miércoles. Ese día, el Santo Padre erigió la diócesis de Zhangjiakou y suprimió las que existían antes en el mismo territorio, Xiwanzi y Xuanhua. También nombró obispo a José Wang Zhengui, a quien se había encomendado encabezar la diócesis oficialista como rector.

Este movimiento replica la primera decisión del Pontífice estadounidense sobre los nombramientos para China, tomada en junio para la diócesis de Fuzhou. En su última decisión para el gigante asiático, Francisco había nombrado ordinario a José Cai Bingrui, hasta entonces obispo de Xiamen y responsable de la Asociación Patriótica en Fujian. Meses después, León XIV puso a su lado como auxiliar a José Lin Yuntuan, administrador apostólico de la diócesis desde 2013 y ordenado obispo en 2017, aunque nunca recibió nombramiento por parte del Vaticano ni reconocimiento civil.

Este llegó después del nombramiento como auxiliar. Así, parece consolidarse como estrategia de Roma nombrar candidatos favorecidos por las autoridades de Pekín consiguiendo a cambio que los obispos clandestinos sean aceptados como auxiliares. Esto puede favorecer la reconciliación entre el clero y los fieles de la diócesis, que con frecuencia se encuentran divididos entre los partidarios de los candidatos que aceptan los requisitos de las autoridades civiles y los que prefieren la clandestinidad.