El presidente de los obispos de Venezuela denuncia una «autocracia cerrada»
Jesús González de Zárate inauguró la Asamblea Plenaria de la conferencia episcopal señalando un «patrón bien definido y recurrente» de «represión de la disidencia política»
Venezuela está sumida en una «deriva autocrática», denunció el pasado lunes el presidente de los obispos del país. En su discurso inaugural de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) que se celebra hasta el viernes, Jesús González de Zárate, presidente de la CEV, señaló que el 10 de enero, con la toma de posesión de Nicolás Maduro para su tercer mandato como presidente de Venezuela el país «pasó de ser una autocracia hegemónica a una autocracia cerrada». Esto es, un régimen en el que no hay elecciones libres ni libertad de expresión y asociación.
Antes de eso, la campaña para las elecciones presidenciales del 28 de julio se había realizado «en medio de tensiones constantes». Hubo además «falta de trasparencia y equidad de los organismos electorales, supresión de partidos y ausencia de observadores electorales independientes», señaló el también arzobispo de Valencia en Venezuela.
Detención de adolescentes
Las protestas por la autoproclamación de Maduro como vencedor, sin mostrar las actas electorales y cuando la oposición afirmaba tener pruebas de la victoria de Edmundo González, se saldaron con la detención de más de 2.000 personas, denunció González de Zárate. «Muchas de ellas adolescentes», añadió.
Esta oleada de arrestos responde a «un patrón bien definido y recurrente de actuación de las autoridades venezolanas en la línea del control y la represión de la disidencia política», señaló el presidente de los obispos. Esta tendencia «causa preocupación dentro y fuera del país», añadió. A pesar de una cierta relajación, «todavía son muchos los que permanecen encarcelados», remarcó. El episcopado sigue «insistiendo en su plena libertad».
González de Zárate recordó por otro lado que «la propuesta de una reforma de la Constitución ha sido vista como un nuevo intento de coartar las libertades democráticas, a través de la modificación de la estructura del Estado». Sin embargo, alabó cómo «en medio de muchas interrogantes y tensiones, el pueblo venezolano ha mantenido su deseo de cambio y una actitud cívica admirable».
Ni diálogo ni ayuda exterior
En cuanto a propuestas para salir de la situación actual, el líder de los obispos reconoció que ya antes de las elecciones mermó «considerablemente la confianza de muchos sectores en las bondades de cualquier diálogo o negociación». Explicó que ello se debe a la decisión del Gobierno de sustituir los Acuerdos de Barbados con la oposición —orientados a garantizar unas elecciones democráticas— por un Acuerdo de Caracas solo con sectores afines al Gobierno.
Tampoco el panorama internacional ofrece una salida en la que confiar. «Por muy importante que sea la ayuda exterior, no podemos depender totalmente de ella», señaló González de Zárate. «El interés de otras naciones no coincide siempre con los nuestros», recordó. Además, pidió «no eludir preguntas como cuál es el sentido de las sanciones, en qué han contribuido al proceso de redemocratización de Venezuela».
En cuanto a la situación social y económica, el presidente de la CEV subrayó «la precariedad del servicio eléctrico venezolano». Recordó además que «la producción solo ha crecido en los sectores de alimentación, salud y productos de higiene personal» mientras que en los demás «la economía está prácticamente estancada».
Además, aunque se ha aumentado algo la exportación de petróleo, «la producción no llegó al esperado millón de barriles diario» y las ventas al exterior están «muy lejos de los niveles de otros tiempos». En lo que más afecta a corto plazo a los ciudadanos, la inflación terminó el año en torno al 85 %.