Mario Arcos, sacerdote del Pilar: «A la Virgen hay que pedirle paz, unidad y comunión» - Alfa y Omega

Mario Arcos, sacerdote del Pilar: «A la Virgen hay que pedirle paz, unidad y comunión»

La parroquia madrileña celebra a su titular. «La gente le tiene una devoción muy particular»

Begoña Aragoneses
Nuestra Señora del Pilar
Nuestra Señora del Pilar.

Como cada año, la parroquia Nuestra Señora del Pilar se prepara estos días para celebrar a su titular, en unas fiestas solemnes en medio de un barrio, el de la Guindalera, que se formó precisamente con población llegada a Madrid desde Aragón. Fueron ellos, agricultores y hortelanos aragoneses, los que a mediados del siglo XIX iniciaron los trámites para poner en marcha una iglesia dedicada a la Pilarica. En 1881 comenzaron las obras en unos terrenos cedidos por el conde de Villapadierna y el 12 de octubre de 1883 se inauguró el templo. Incendiado durante la Guerra Civil, la actual parroquia se inauguró en abril de 1962. Así, por las calles del barrio fluye la devoción a una de las advocaciones marianas más queridas en España.

Mario Arcos, sacerdote de la parroquia, explica que «a la Virgen del Pilar hay que pedirle paz, unidad y comunión», especialmente este año. «A Ella, que es Madre de Dios y Madre nuestra, le pedimos que nos ayude a vivir la fe y la fidelidad en comunión». Lo están haciendo ya durante la novena con rosario meditado, que cada día está destinada a orar por una intención, y predicada por sacerdotes hispanoamericanos de El Salvador y Chile, entre otros. Luego, cada uno llega «con sus peticiones particulares, de una mayor fe o salud».

Esto último lo experimenta con mayor intensidad Arcos como capellán en dos residencias de ancianos y en dos hospitales cercanos. «La gente le tiene una devoción muy particular a esta Virgen» y en sus peticiones observa que hay «una sinergia entre el querer de la Iglesia y el de los vecinos».

Paso de los niños por el manto

«La comunidad vive muy bien esta fiesta» organizada por la Ilustre Congregación de Caballeros y Damas de Nuestra Señora del Pilar, señala el sacerdote. «Hay mucha devoción en el barrio a la Virgen del Pilar y vienen muchos maños».

Los actos más relevantes comenzaron este viernes, 11 de octubre. A partir de las 10:00 horas, los niños de los colegios de la zona acudieron a llevarle flores en una ofrenda que continuó a las 18:00 horas para todos los vecinos. La ofrenda es solidaria, de modo que se pueden llevar alimentos que irán destinados a las personas atendidas por la Cáritas parroquial. El mismo viernes, a las 19:00 horas, fue el paso de los niños por el manto de la Virgen. A las 19:30 horas se rezó vísperas y a las 20:00 horas se celebró la Eucaristía.

El día 12, día grande para la congregación, la parroquia y el distrito, comenzó a las 12:30 horas con la solemne Eucaristía concelebrada por los sacerdotes de la parroquia. Asimismo, acudieron embajadores de los países hispanoamericanos, los portavoces de los grupos políticos presentes en la Junta Municipal de Distrito y presidentes y hermanos mayores de las hermandades y cofradías de Madrid.

A las 18:00 horas se abrirán las puertas del templo parroquial para dar comienzo a la salida procesional de la imagen de Nuestra Señora del Pilar. El cortejo estará acompañado musicalmente por la Agrupación Musical La Soledad y la Unión Musical El Maestro. En el recorrido se emplearán cerca de dos horas y media y, a su término, ya de regreso en el templo, se celebrará otra Eucaristía para todos los asistentes a la procesión.

Primer Pilar como sacerdote

Para Arcos, esta será su primera fiesta del Pilar vivida en la parroquia ya como presbítero, después de haberse ordenado el pasado 27 de abril en la catedral de la Almudena. «Como sacerdote vivo más profundamente el sentir de la gente; celebrar la Eucaristía y confesar te une más al querer, al dolor, a los sufrimientos particulares de cada uno».

Asimismo, «puedes adentrarte más en el misterio eucarístico, que es lo más grande que tenemos», ofreciendo la Misa por las necesidades del mundo, de España, de los feligreses y de los vecinos. A su vez, Mario es ahora «más consciente de mi entrega total a los fieles; entrega a los demás, como Jesucristo», concluye.