«Hay más sensibilidad ahora por el trabajo decente en España»
La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, formada por Cáritas, CONFER, HOAC, Justicia y Paz, la JEC y la JOC, celebra su décimo aniversario con la mirada puesta en expandirse por las diócesis en las que no está presente
Que la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) cumpla ahora diez años —un aniversario que la plataforma integrada por Cáritas, CONFER, HOAC, Justicia y Paz, la JEC y la JOC están viviendo con el lema Por ti, por mí, trabajo decente— tiene que ver con la crisis económica mundial del 2008. Aquel fue «el colapso económico y financiero más grave desde la gran depresión de la década de 1930», aseguró entonces el Fondo Monetario Internacional. La recesión posterior se llevó por delante bancos y empresas de todo el mundo, representadas icónicamente por el banco de inversiones americano Lehman Brothers; y millones de puestos de trabajo a lo largo y ancho del orbe. En 2010 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó de 205 millones de personas desempleadas en todo el mundo, una situación ante la que pidió «una voz común de toda la sociedad», recuerda Pilar Gallego, portavoz de ITD y responsable de difusión de la HOAC. El guante fue recogido pocos años después por el Papa Francisco. En una de sus primeras acciones como Pontífice, Francisco «convocó en Roma a los representantes de los movimientos obreros católicos y de la OIT» para abordar el tema y establecer una hoja de ruta que permitiera recuperar «“la dignidad del trabajo” de la que ya habló León XIII en la encíclica Rerum novarum, de 1891», rememora Javier Alonso, que entonces era vicepresidente de Justicia y Paz España y fue uno de los impulsores de esta iniciativa eclesial.
La convocatoria del Santo Padre pilló a la secretaria general del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos, Betina Beate, trabajando en Madrid, en la entonces sede de la HOAC, situada encima de los estudios de la cadena COPE. «¿Y por qué no emulamos al Papa en España?», se preguntó Beate, que se encargó de ir compartiendo su preocupación por cuantos eventos se organizaron en el mundo obrero católico nacional aquel año. El paso definitivo para la conformación de la ITD se dio cuando se encontraron la preocupación de Beate con el trabajo que venía haciendo Justicia y Paz Madrid —entonces dirigida también por Javier Alonso—, a quien le encargaron organizar una vigilia de oración por las personas empobrecidas y la promoción de las Jornadas Sociales Diocesanas de Madrid. Un trabajo que quisieron desarrollar de forma comunitaria junto con otras entidades eclesiales. «Al final, nos acostumbramos a funcionar en equipo y pensamos que sería bueno emitir una declaración de apoyo al encuentro que el Santo Padre convocó en el Vaticano con la OIT», explica Alonso. Así se forjó la primera manifestación pública de la ITD, que, como entidad, surgió con el objetivo de promover el trabajo decente en el ámbito eclesial y también en el civil. «No se trata de realizar una intervención directa, asistencialista, con los usuarios finales, esa labor la realiza cada entidad individualmente. La ITD lo que pretende es generar una conciencia social para que crezca en el pueblo de Dios y en la sociedad en general esa convicción por el trabajo decente», detalla Gallego.
Implicación episcopal
Ante este horizonte, el balance después de diez años es «muy positivo. Hay más sensibilidad ahora por el trabajo decente en España», asegura la portavoz de ITD. «Date cuenta de que hemos pasado de organizar una pequeña celebración a estar extendidos por buena parte del territorio nacional», añade. La iniciativa tiene un equipo nacional y se expande por las diócesis a través de delegaciones. En este sentido, la responsable de difusión de la HOAC destaca el aumento de la implicación del episcopado en este ámbito. «Cada vez más obispos participan de nuestras actividades, escriben cartas pastorales al respecto o nos acompañan en los distintos gestos públicos que se organizan», como los que tienen lugar el 7 de octubre —Jornada Mundial por el Trabajo Decente—, el 8 de marzo —Día Internacional de la Mujer—, y el 1 de mayo, fiesta de san José obrero y Día Internacional de los Trabajadores.
Por último, Pilar Gallego reflexiona sobre el papel de la ITD en el contexto mundial. «En principio somos el único país de Europa en el que hay tantas entidades eclesiales trabajando en red por mejorar las condiciones laborales de los ciudadanos», independientemente de su fe. Aun con todo, la portavoz reconoce «que ha habido alguna diócesis en España en la que nos hemos encontrado incomprensiones». De hecho, la iniciativa no está presente en todo el territorio nacional, sino tan solo en 52 de las 69 diócesis españolas. El reto, ahora, es llegar a todas.
En el manifiesto para la Jornada por el Trabajo Decente, la ITD exige que «se promuevan los derechos laborales» y reclama que la dignidad de la persona esté «en el centro de las decisiones políticas y económicas». Es fundamental, añaden, «que se generen oportunidaddes de trabajo decente. La reducción de la jornada laboral puede ser una de ellas».