La Iglesia denuncia la lacra de las casi 400 muertes de trabajadores - Alfa y Omega

La Iglesia denuncia la lacra de las casi 400 muertes de trabajadores

En la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, Iglesia por el Trabajo Decente reclama acabar con la siniestralidad laboral y un trabajo en el que no sufra la salud

Redacción
Trabajadores en el campo. Foto: OSV News photo / Reuters, Robert Galbraith.

El año 2023 va camino de alcanzar las terribles cifras de muertes en el trabajo que se registraron en 2022. El año pasado fallecieron en el trabajo 826 personas. Desde enero a julio de este año se contabilizan 399 según datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social. Pero no son solo dramáticas estas cifras en pleno siglo XXI. En este 2023 más de 2600 trabajadores han sufrido un accidente laboral grave y más de 360.000 han sufrido un siniestro con baja.

Por eso, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente reclama en esta Jornada Mundial por el Trabajo Decente que se ponga fin a la lacra de la siniestralidad laboral que no es más que una de las caras de la precariedad en el mundo del trabajo.

Un trabajo decente tiene que ser un trabajo saludable

Así, en su manifiesto para esta fecha titulado «Un trabajo decente tiene que ser un trabajo saludable», abundan en que el trabajo es siempre un «medio imprescindible para el reconocimiento de la sagrada dignidad de las personas» y nunca «un castigo para las personas». Por ello, lamentan que muchas veces algunos puestos de trabajo estén planteados «exclusivamente desde el punto de vista económico y no desde la perspectiva humana». Recuerdan asimismo que la salud laboral es una cuestión social que requiere de soluciones colectivas y que las instituciones y Administraciones públicas tienen que promover un trabajo decente.

Porque la precariedad laboral conduce a los accidentes en el trabajo, pero también incide en la salud mental de los trabajadores, tal y como señala un estudio de ESADE que señala que la salud mental es «una de las causas prioritarias a la hora de abandonar un puesto de trabajo, seguida de la búsqueda de mejora de condiciones y las mayores posibilidades de conciliación». De ahí que el manifiesto reclame al gobierno y a los agentes económicos que velen por que se pongan en marcha de forma efectiva los programas y medios de prevención de riesgos laborales «que defiendan la vida de los trabajadores». En definitiva, un trabajo en el que no sufra la salud.

El desgaste físico en «los empleos feminizados»

Como ejemplo de empleos en lo que se resiente la salud de los trabajadores, ITD apunta a «los empleos feminizados» como los servicios de limpieza, cuidados o enfermería. «Son numerosos los casos de cargas esqueleto-musculares, así como los problemas de salud mental», resume el manifiesto.

La iniciativa Iglesia por el trabajo Decente (ITD) se creó en 2014 con el objetivo de sensibilizar, visibilizar y denunciar una cuestión esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano y reivindicar el trabajo decente «hacia el interior de estas organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad».

Está conformada por organizaciones de inspiración católica y congregaciones religiosas, entre las que se encuentran Cáritas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC).