Cerca de 70.000 personas encontraron trabajo en 2023 gracias a Cáritas
Según el Informe de Economía Solidaria anual, una de cada cinco personas que participaron en programas de la organización logró reintegrarse en el mercado laboral
«Reclamamos la necesidad de una economía al servicio de las personas y del planeta», así comienza el Informe de Economía Solidaria que anualmente presenta Cáritas Española y que ha sido presentado en la planta de reciclaje de residuo textil de Moda Re- en Valencia.
En un contexto marcado por el incremento de la inestabilidad y la precariedad laboral, este informe revela cifras sobre la brecha en el acceso al empleo y cómo desde la institución atajan esta situación. Según el informe, las personas en riesgo de exclusión enfrentan una tasa de desempleo siete veces mayor que el resto de la población activa. Ante esto, Cáritas ha redoblado esfuerzos para reducir esta brecha y facilitar la reinserción laboral de miles de personas.
Además, Cáritas acompañó a 68.065 personas en la búsqueda de trabajo durante 2023. De hecho, una de cada cinco personas que participaron en programas de la organización logró reintegrarse en el mercado laboral.
Para respaldar estas iniciativas, Cáritas destinó 136,8 millones de euros el año pasado, un 16,4 % más que el año anterior. De este total, 35,3 millones se dirigieron a itinerarios de inserción sociolaboral, que incluyen orientación laboral, intermediación con empresas y formación, mientras que más de 100 millones se asignaron a proyectos de Economía Social. Estos proyectos económicos no solo buscan proporcionar empleo, sino también promover la autonomía y el desarrollo sostenible de las personas en situación de vulnerabilidad.
«Estamos haciendo una apuesta clara por aumentar los proyectos de economía solidaria para que las personas en riesgo de exclusión social mejoren su autonomía», ha explicado Ana Heras, coordinadora de Economía Solidaria de Cáritas Española. También ha destacado que, a pesar de que requieran más inversión económica, estas iniciativas «son más efectivas a largo plazo y tienen un efecto más recuperador en la persona».
Las mujeres han representado a más de la mayoría de los participantes en estos programas, sobre todo de más de 45 años, con estudios básicos y procedentes de países no comunitarios. Además, Heras ha afirmado que normalmente los integrantes «carecen de competencias digitales y tienen problemas de conciliación digital».
En términos generales, Cáritas ha generado más de 3.000 puestos de trabajo en iniciativas relacionadas con la economía social, y gran parte de esos empleos fueron ocupados por personas en riesgo de exclusión social.
Otros aspectos fundamentales de los que se hacen eco en el informe son los programas relacionados con el comercio justo, cuyas acciones se desarrollan en más de 23 Cáritas diocesanas con 18 tiendas que no solamente son puntos de venta sino también «generan espacios de sensibilización», y también las finanzas éticas, cuya importancia «va más allá de la rentabilidad económica» y desde la institución lo consideran «uno de los instrumentos con mayor capacidad de transformación de la sociedad».
«Estas iniciativas evidencian que como sociedad podemos autoexigirnos una ética en todo lo que afecta a la economía. Una economía que escucha, que cuida, que suma y que cambia», ha subrayado la coordinadora de Economía Solidaria de Cáritas Española.