«Hoy tener un sueldo no evita acabar viviendo en la calle»
Hogar Sí y Provivienda organizan la jornada Soluciones al sinhogarismo. Una intervención temprana y la posibilidad de una vivienda asequible son las claves «incluso para los casos más cronificados»
«El problema de la vivienda en España tiene solución, pero requiere la colaboración entre diferentes instituciones, porque muchas de las soluciones que se han intentado hasta ahora no han conseguido mucho», afirma Dámaris Barajas, directora de planificación de la asociación Provivienda, que junto a Hogar Sí ha organizado este martes en Madrid la jornada Soluciones al sinhogarismo.
El evento ha tenido lugar pocos días después de que la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, anunciara la distribución de 430 millones de euros del Plan de Recuperación europeo entre las distintas comunidades autónomas para la construcción y rehabilitación de vivienda asequible. De hecho, «tener una vivienda es un requisito para salir de la pobreza», ha afirmado durante su intervención en la jornada Rosa Martínez, secretaria de Estado de Derechos Sociales.
«Pero hay mucho camino aún por recorrer —apostilla Barajas—, ya que los datos del Ministerio de derechos Sociales indican que el mayor problema social que tenemos hoy en España es la falta de vivienda». Para resolverlo, «se requiere voluntad política y colaboración entre las diferentes administraciones públicas y el tercer sector. Los unos sin los otros hacen imposible una salida», añade.
La directora de planificación de Provivienda cuenta cómo «a las personas sin hogar se les culpa de su situación, pero en realidad todo empezó para muchas de ellas cuando no pudieron afrontar el pago de su casa». En este sentido, lamenta que «a día de hoy tener un empleo ya no es garantía suficiente para poder afrontar el alquiler o la hipoteca, es decir, tener un sueldo no evita acabar viviendo en la calle».
En el año 2017, Hogar Sí y Provivienda unieron fuerzas para desarrollar el modelo Housing first, una alternativa al sistema tradicional de albergues en la que personas sin hogar acceden a una vivienda de manera totalmente incondicional, con el apoyo de profesionales especializados que les ayudan en su proceso de recuperación. Hoy gracias a los fondos del Plan de Recuperación del Ministerio del Derechos Sociales, ambas asociaciones desarrollan conjuntamente los proyectos Derechos a la vivienda —dirigido a desinstitucionalizar a las personas en situación de sinhogarismo e insertarlas en comunidades de vecinos— y H4Y FUTURO —más orientado a las personas jóvenes—. En la actualidad son 1.289 las personas acogidas a estos dos proyectos.
Cuando esto finalmente ocurre, «los servicios sociales deben estar atentos a la hora de detectar situaciones de necesidad», una atención temprana que Barajas considera «imprescindible», porque «las áreas de vivienda y de servicios sociales deben estar coordinadas en cada administración, no pueden actuar cada una por su cuenta».
La responsable de Provivienda vuelve entonces a la otra gran otra carencia de nuestro sistema de atención, como una pescadilla que se muerde la cola: «Pero de nada sirve una labor rápida en situaciones de riesgo si no hay vivienda asequible disponible después. En España la cantidad de este tipo de recursos es considerablemente menor a la que hay en Europa, por lo que hemos de tener una mayor capacidad para generar más vivienda social».
Dámaris Barajas es optimista, porque sabe que, cuando hay recursos, las personas afectadas por el sinhogarismo responden, «incluso en aquellos casos más cronificados». Así, «tenemos experiencia con personas con muchos años de calle que, al contar con una vivienda insertada en la sociedad, empiezan a ordenar su vida y hasta se reinsertan en el mercado laboral. Estas personas se pueden recuperar, mejorar su salud mental y aumentar su motivación para salir adelante si se les da la oportunidad».