Giampaolo Mattei: «Los Juegos Olímpicos necesitan una estructura que no tenemos»
El presidente de Athletica Vaticana revela que «tenemos pocos atletas» y, aunque de momento no buscan ganar en las competiciones, por respeto a los otros Estados «hay que perder con dignidad». Sí han cosechado buenos resultados en los Juegos Mediterráneos y los Juegos
de los Pequeños Estados de Europa
Este periodista de L’Osservatore Romano es presidente de Athletica Vaticana, la agrupación deportiva oficial de este pequeño Estado. Creada en 2019, utiliza el deporte para promover la integración y el intercambio entre países, convencidos de que «la diplomacia a través del deporte es el futuro». Pueden formar parte de ella trabajadores del Vaticano y personal diplomático.
Estará contento porque hace diez días tuvieron un gran evento.
Sí, hemos tenido del 13 al 17 de noviembre una iniciativa de pádel organizada con la Embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede. Han enviado a Andrea Samson, la número cinco de Estados Unidos, y a Anderson Good, que tiene una carrera brillante en el squash y a través del deporte ha creado en la Universidad George Washington una iniciativa con estudiantes de varias religiones y procedencias. Pusimos a jugar juntos en varios campos de pádel en Villa Doria Pamphilj (un histórico parque romano) a chavales con autismo, síndrome de Down, sordera, usuarios de Cáritas y chicos de Tor Bella Monaca, uno de los barrios más difíciles de la periferia. Han jugado con estos dos campeones y varios diplomáticos ante la Santa Sede. Eran partidas sin puntos, solamente para estar juntos y todos ganaron una medalla. Lo importante era mezclar a estos muchachos.
¿Qué querían conseguir?
La idea no es pasar solo una tarde agradable sino, con humildad y dentro de nuestros límites, dar testimonio de que es posible crear, a través del deporte, oportunidades para la inclusión y que nadie se quede fuera. Pienso en las familias de chicos con autismo y con tantas dificultades. Es importante que vean a sus hijos implicados, con dignidad y sin que se los considere menos, en el campo y con la raqueta en la mano. El 15 de noviembre fuimos a ver al Papa para contarle lo que hicimos.
A través del deporte ayudan a la integración, pero también es bueno para la relación con otros Estados. ¿Qué otras actividades organizan?
El programa de deporte y diplomacia es uno de nuestros puntos fuertes. Trabajamos con las embajadas de Estados Unidos, Australia, Austria, Gran Bretaña, Francia y Bélgica. También mucho con la de Alemania: cada septiembre envía a tres miembros de nuestro equipo a correr la maratón de Berlín, que es una de las cinco más importantes del mundo. Lo remarcable no es el coste de la inscripción, porque nos lo podríamos permitir, sino estos intercambios continuos. La diplomacia a través del deporte es el futuro.
¿Qué falta para ver al Vaticano en unos Juegos Olímpicos?
Por ahora no hay ninguna perspectiva. Para ir a las Olimpiadas hace falta una voluntad que de momento no existe. Se debe constituir un comité olímpico y la Santa Sede no lo tiene. Athletica Vaticana hace esa función, pero no lo es. Después, ese comité olímpico debería ser reconocido por el Comité Olímpico Internacional través de una votación que solo se hace cuando se convocan Olimpiadas. Si quisiéramos participar en las de París 2024 no podríamos, porque en las de Tokio 2020 ya se hizo esa votación. En París se hará una votación para las siguientes, las de Estados Unidos, pero no tendremos una candidatura para entonces. Una participación antes de 2028 es inimaginable aunque quisiéramos. Técnicamente no se puede. En todo caso, si en los Juegos Olímpios de Los Ángeles 2028 se presentara una candidatura para Brisbane 2032 (en Australia) aún podría ser.
¿No es realista fijar un año en que pudiera hacerse? Han funcionado bien en los Juegos Mediterráneos y los Juegos de los Pequeños Estados de Europa.
Sí, Sara Carnicelli ganó una medalla de bronce en 5.000 metros lisos en los Juegos de los Pequeños Estados (que cedió a la cuarta por deportividad). Pero tenemos pocos atletas y cuando participas en una competición de alto nivel, no tienes por qué vencer, pero tampoco se puede caer en el ridículo. Hay que perder con dignidad. Sería una falta de respeto ante los otros atletas y Estados mandar a personas no capaces. Ahora mismo están Sara Carnicelli, Simone Adamoli (400 metros lisos masculinos) y Rien Schuurhuis (quien ha competido en el mundial de ciclismo de Australia en 2022 y en el de Glasgow en 2023). Hay cuatro o cinco deportes donde podemos perder con dignidad y decoro, pero los Juegos Olímpicos necesitan una estructura que aún no tenemos.