«Hoy se prefiere tener un perro a un hijo», lamenta el Santo Padre con pediatras italianos
Francisco ha recordado que el derecho a la salud está reconocido por la doctrina social de la Iglesia
«Italia es desgraciadamente un país que envejece. Esperemos que se pueda invertir la tendencia creando las condiciones favorables para que los jóvenes tengan una mayor confianza y recuperen la valentía y la alegría de convertirse en padres», ha dicho el Papa este sábado 18 de noviembre en un encuentro en el Aula Pablo VI, del Vaticano, con la Asociación de Otorrinolaringólogos Hospitalarios Italianos y la Federación Italiana de Médicos Pediátricos.
Francisco ha agradecido a los doctores el trabajo que realizan con las familias. «Los pediatras en particular sois puntos de referencia para las parejas jóvenes, las ayudáis a acompañar a los niños en su crecimiento», ha reconocido. Y ha lamentado y bromeado al mismo con ellos (no es la primera vez que hace un comentario de este tipo) que «hoy se prefiere tener un perro que un hijo». A lo que ha añadido que, mientras se espera que tengan algo menos de trabajo hasta que cambien las tendencias, «el de los veterinarios no para de crecer y eso no es buena señal».
A los otorrinos, el Papa los ha elogiado porque «tratan ciertos órganos que son necesarios para nuestras relaciones y nos mantienen en contacto con los demás y con la comunidad». Y ha puesto como ejemplo las escenas del Evangelio donde «vemos a Jesús acercándose a personas sordas y mudas, que vivían en soledad y aislamiento». «Observamos que al curarlos realiza un gesto particular y pronuncia unas palabras particulares», ha recordado el Papa, quien ha animado a los médicos a contemplarlos como «inspiración para vosotros porque en ellos resplandece la compasión y la ternura de Dios por nosotros, especialmente por aquellos que experimentan dificultades al relacionarse».
Derecho a la salud
El Pontífice los ha felicitado también porque «junto a tantos otros profesionales de la sanidad, constituís unas de las columnas del país». Ha agradecido especialmente su aportación durante la pandemia de la COVID-19, cuando «sin la dedicación, el sacrificio y el esfuerzo de los operadores sanitarios, se habría perdido mucho más». Y ha denunciado «la nueva fase de criticidad que parece convertirse en estructural» de la sanidad en Italia. «Hay una constante falta de personal que lleva a cargas de trabajo indigeribles y a la consecuente fuga del personal sanitario», ha diagnosticado, lo que le ha llevado a preguntarse: «¿Cuántos diagnósticos precoces no se realizan? ¿Cuántas personas abandonan el tratamiento?».
En este mismo sentido, en reconocimiento a «la resistencia de médicos, enfermeras y profesionales» durante los últimos años, ha pedido para ellos «intervenciones que dignifiquen vuestro trabajo y promuevan las mejores condiciones para que se realice de la manera más eficaz». Francisco ha recordado además que el derecho a la salud no solo está reconocido en la Constitución italiana sino que también «forma parte del patrimonio de la doctrina social de la Iglesia». Ha reivindicado que «la sanidad pública italiana está fundada sobre principios de universalidad, equidad y solidaridad, pero hoy nos arriesgamos a que no se apliquen». Y les ha pedido conservarlo porque «es un sistema popular, que significa en servicio al pueblo».
Dos tentaciones de la sanidad
El Papa ha advertido sobre «dos fenómenos opuestos e igualmente peligrosos que se están difundiendo». Por un lado, «la investigación sobre la salud a cualquier precio y la utopía de la eliminación de la enfermedad». Por el otro, «el abandono de los más débiles y frágiles, a algunos con la propuesta de la muerte como única vía». Sobre esta última, Francisco ha denunciado que «una medicina que renuncia a cuidar y se atrinchera en procesos deshumanos y deshumanizadores no es ya más el arte de curar».
El Santo Padre ha propuesto a los sanitarios imitar «tres rasgos de Dios que siempre nos ayudan a seguir adelante: la cercanía, la compasión y la ternura». Por último, les ha recordado que «cuidar de los demás no debe significar el descuido de uno mismo».