Francisco aparta al obispo que le acusa de «usurpador»

El Papa ha decidido apartar del gobierno pastoral de la diócesis de Tyler, en el estado de Texas, Estados Unidos, a Joseph E. Strickland, de 65 años. En su lugar ha nombrado como administrador apostólico a Joe Vásquez, obispo de Austin, también en Texas. El comunicado de la Santa Sede, además de explicar el cambio, indica que la decisión de Francisco se ha tomado tras los informes recibidos por los dos obispos estadounidenses que mandó en visita apostólica a dicha diócesis en el mes de junio. Eran Dennis Sullivan, de Camden, y el obispo emérito Gerald Kicanas, de Tucson.

Desaconsejaron que siguiera siendo obispo

A través de un comunicado, el cardenal Daniel Di Nardo explica los pormenores de la decisión del Papa. Indica que tras su visita, ambos obispos concluyeron que la continuidad de Joseph Strickland al frente de la diócesis de Tyler no era viable. «Después de meses de cuidadosa consideración por parte del Dicasterio para los Obispos y del Santo Padre, se llegó a la decisión de solicitar la dimisión del obispo Strickland», prosigue el cardenal Di Nardo que informa de que, a continuación Roma solicitó a Strickland su dimisión el 9 de noviembre. El obispo se negó y, por ello, Francisco ha tenido que destituirlo.

Muy crítico con el Papa

En numerosas ocasiones, e incluso a través de sus redes sociales, Strickland se ha expresado duramente contra el Papa Francisco a quien ha llegado a acusar de «socavar el depósito de la fe» con sus decisiones en una carta a su diócesis fechada en agosto. Lo había hecho previamente en mayo a través de una publicación en su cuenta de X.

Quizá lo más grave han sido unas palabras que pronunció recientemente en una conferencia en las que acusaba de «usurpador» a Francisco a quien definió como «alguien que ocupa un lugar que no es el suyo». Por eso, había declarado en varias entrevistas que no iba a renunciar a su cargo, aunque se lo pidiera Francisco, porque fue Benedicto XVI quien le había nombrado obispo y no iba a abandonar esa responsabilidad.

Strickland está firmemente en contra del Sínodo sobre la sinodalidad, asamblea que llegó a tildar de «parodia» y «cismática». «Por desgracia, es posible que algunos etiqueten de cismáticos a quienes no estén de acuerdo con los cambios propuestos», escribía el obispo de Tyler en una carta pública en agosto. Durante la pandemia condenó el uso de las vacunas contra la COVID-19 por ser «inmorales» cuando el Vaticano ya había aclarado que no existía ninguna objeción para su uso.