Cómo nació la Ucrania de hoy

La guerra de Ucrania ha provocado la traducción de numerosos libros acerca del país. Entre ellos, destaca este de Península, de Serhii Plokhy, catedrático de la Universidad de Harvard y director del Harvard Ukrainian Research Institute. Los primeros capítulos describen ese carácter de encrucijada de pueblos que tendría Ucrania, punto de encuentro de eslavos, vikingos, bizantinos y mongoles. Este inmenso espacio se situaría, como dice el autor, «en el límite del mundo» y allí se encontrarían el este y el oeste, es decir, Oriente y Occidente.

Fruto de ese encuentro sería Ucrania, tierra de cosacos que, en 1648, se alzaron contra la Mancomunidad de Polonia-Lituania en la séptima insurrección cosaca (la primera fue en 1591). Su líder, Bogdán Jmelnitski (1595-1657), sigue siendo hoy una figura controvertida según las corrientes historiográficas que se consulten. Las matanzas de judíos, nobles polacos y sacerdotes católicos durante la rebelión han dejado una honda huella en Polonia y en la memoria de las comunidades judías. Plokhy lo describe con muchos más matices. Aliado a los tártaros de Crimea, venció a los polacos en el campo de combate en 1649 y les obligó a reconocer «un Estado cosaco oficialmente autónomo y verdaderamente independiente dentro de la mancomunidad». Plokhy insiste en que, a pesar de la teórica pertenencia a dicha mancomunidad, el Estado era independiente de hecho.

Así, ese Estado sería víctima de lo que el autor denomina «las particiones» entre Polonia y Rusia para terminar, ya en tiempos de Pedro el Grande, como la Pequeña Rusia. La importancia que Plokhy da a lo que denomina «dos tradiciones intelectuales», la del Estado independiente cosaco y la del Hetmanato, considerado como parte de una nación rusa más amplia, es uno de los valores de la obra. Esta tensión atraviesa la historia de Ucrania hasta nuestros días. En efecto, el país quedaría, como dice el autor, «entre imperios». Sucesivas revoluciones inacabadas, sofocadas y reprimidas, alimentarían unas aspiraciones nacionalistas que solo cristalizarían al terminar la Gran Guerra. La efímera República Popular Ucraniana gravita en torno a la figura de Simon Petliura (1879-1926), el jefe del Directorio. La Ucrania independiente nunca conoció la paz. En los años de la posguerra llegaron a operar en Ucrania varios ejércitos al mismo tiempo: el ruso blanco; el Ejército Negro del líder anarquista Néstor Majnó (1888-1934); el Ejército Rojo de los Bolcheviques y las Fuerzas Armadas al mando de Petliura, por no mencionar a los polacos y a los alemanes. Fue un tiempo de guerras civiles y matanzas. Al final, prevalecieron los bolcheviques. Con ellos llegó el Holodomor. En palabras de Plokhy, «la hambruna creó otra Ucrania soviética» y mató a unos cuatro millones de personas, diezmando con creces el país.

Después llegaron los nazis. Ucrania sufrió la invasión alemana de 1941 como parte de la Unión Soviética. La doctrina del «espacio vital» nazi la convertía en un objetivo privilegiado. Aquí Plokhy no esconde la colaboración con los invasores: «Muchos en Ucrania dieron la bienvenida al avance alemán en el verano de 1941, esperando el fin del terror desatado por las autoridades de ocupación soviéticas en los años previos a la guerra». Pronto salieron, sin embargo, del error: el dominio nazi jamás permitiría una Ucrania independiente. De nuevo sobrevino el horror para los judíos de Ucrania, muertos no solo a manos de los nazis sino también de los colaboracionistas. Plokhy destaca la importancia de los ucranianos que salvaron judíos y recuerda la figura de Andréi Sheptitski (1865-1944).

La victoria soviética supuso para los nacionalistas ucranianos la postergación de las aspiraciones de independencia, que solo se harían realidad con la destrucción de la URSS. De ese proceso, nació la Ucrania de hoy con sus divisiones y sus tensiones internas.

Las puertas de Europa

Autor:

Serhii Plokhy

Editorial:

Península

Año de publicación:

2022

Páginas:

608

Precio:

24,90 €