Antonio Bellella (ITVR): «La vida consagrada debe renunciar a viejas glorias pasadas»

«Llevamos décadas atravesando un desierto que no parece acabarse, de indudable convulsión interna, marcado entre otras cosas por la hemorragia vocacional, pero debemos centrar nuestra atención y nuestra reflexión en la esperanza, porque es una necesidad real de la vida consagrada hoy», ha afirmado este jueves el director del Instituto Teológico de Vida Consagrada (ITVR), el claretiano Antonio Bellella.

Durante la presentación de la 52 Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, que tendrá lugar del 12 al 15 de abril en Madrid con el lema Entretejer itinerarios de esperanza, ha reconocido que la vida religiosa hoy experimenta tiempos de «desconcierto» y que «se vive con creciente preocupación el envejecimiento y la disminución de fuerzas y presencias».

Sin embargo, «detenerse y, a veces, autocomplacerse, en la parte negativa de las situaciones, es sesgado», y hablar de esperanza en este ámbito no es «ni ingenuidad ni autoengaño», pues la esperanza cristiana «no es estática, sino dinámica, e implica responsabilizarse y ponerse en marcha».

En este sentido, el lema elegido para la 52 Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada revela que hay «itinerarios no recorridos todavía, rutas que deben crearse, porque aún no han sido transitadas». Así, el director del ITVR ha señalado que en el camino futuro «debemos renunciar a viejas glorias pasadas, a querer una presencia de los religiosos en todas partes y a cifrar nuestra esperanza en los resultados, en los números y en los logros».

Por el contrario, ha apostado por «centrarnos en servicios muy pequeños que aportan la mirada de los más vulnerables» y en otros signos de esperanza como «la nueva realidad de la mujer en la Iglesia» o «la conciencia de peregrinación en la que vive la gente hoy en día y que precisa de una dinámica de procesos». Todo ello supone «un dinamismo al que tenemos que estar atentos», ha añadido.